Desde pequeño he entendido que ayudar a los demás era la forma de estar bien, que hacer el bien me hacía crecer como persona; y quiero seguir ayudando con sesiones individuales, talleres y charlas, compartir ideas y experiencias. Te invito a participar en el proyecto, y en el contacto que está al final de esta página podemos quedar para una sesión gratis evaluativa.
jueves, 6 de junio de 2024
miércoles, 5 de junio de 2024
Herramientas de la inteligencia artificial
sobre laicidad, e inteligencia artificial
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martes, 4 de junio de 2024
Laicidad: un equilibrio entre la autonomía y el respeto mutuo
En positivo, puede significar superar las antiguas tensiones entre el poder civil y el religioso, evitando subyugar un aspecto al otro | |||
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El término “laicidad” ha emergido para significar un mutuo respeto entre la Iglesia y el Estado, fundamentado en la autonomía de cada parte. Este concepto se distingue del “laicismo”, que aboga por la exclusión de la influencia religiosa en la vida social, como resultado de un proceso de secularización. A partir de la Ilustración y la ruptura de la unidad religiosa, la separación entre los ámbitos religioso y secular comenzó a configurarse, dando lugar a constituciones democráticas que plasman esta separación. En el siglo XXI, la atención se ha centrado en la manifestación pública de los símbolos religiosos, como por ejemplo el crucifijo en los lugares públicos. La laicidad, en positivo, puede significar superar las antiguas tensiones entre el poder civil y el religioso, evitando subyugar un aspecto al otro. Ambos ámbitos pertenecen igualmente a la persona en su carácter público. La laicidad así entendida supera el cesaropapismo y responde a la justa autonomía de la esfera civil y de los laicos en el orden político y social, tal como propuso el Concilio Vaticano II en su Decreto sobre la libertad religiosa. Para los creyentes, se trata de sustituir el sueño de una teocracia por una aspiración de teocentrismo: albergar libremente la luz de Dios en el interior y, con ella, iluminar alrededor, respetando la libertad de los demás. La contribución de las instituciones religiosas al progreso de la humanidad en los campos del derecho, la cultura, los servicios, la ciencia y la tecnología es innegable. Excluir a Dios de estos ámbitos, presentándolo como antagonista del hombre, es olvidar que muchos de estos avances han sido promovidos por cristianos. Los valores de la Ilustración, como la libertad, la igualdad y la fraternidad, tienen raíces cristianas. Sin estas raíces, no dan frutos: sin referencia al Padre, la fraternidad no se vive plenamente, sino que degenera en una filantropía que a menudo desprecia a los demás. La enseñanza de “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” no es contradictoria, sino una forma de conjugar ambas realidades. La obediencia a la autoridad civil es legítima siempre y cuando no contravenga la obediencia superior debida a Dios. Es necesario tener valentía para defender la libertad de conciencia frente a los asaltos de los poderes gubernamentales y para denunciar sus faltas cuando transgreden el marco constitucional. No se busca un lugar de privilegio para la Iglesia ni gobernar sobre los asuntos seculares, sino un respeto a la libertad religiosa de cada persona y la capacidad de influir positivamente en la sociedad. En la historia, se han observado diferentes actitudes hacia los impuestos y la figura del Estado: algunos se oponían a ellos, otros los veían como una alianza de los poderes civil y eclesiástico, y últimamente vemos que hay una carrera política, que entras en una casta donde vives de la política. Es importante aprender a no tomar parte de ideologías partidistas, sino a estar con la verdad, sin venderse ante los poderosos ni dejarse llevar por el bienestar material, sino poniendo siempre por encima lo que supone la dignidad de la persona, sus ámbitos distintos incluido el espiritual. Ser ciudadanos plenos y comprometidos en la vida económica, profesional y política, y al mismo tiempo ser espirituales, creyentes en una religión, etc. Por ejemplo, desde la perspectiva cristiana, San Jerónimo señala: «tenéis que dar forzosamente al César la moneda que lleva impresa su imagen; pero vosotros entregad con gusto todo vuestro ser a Dios, porque impresa está en nosotros su imagen y no la del César». A lo largo de la vida, Jesucristo plantea constantemente la cuestión de la elección. Somos nosotros quienes estamos llamados a elegir, y las opciones son claras: vivir desde los valores de este mundo, o vivir desde los valores del Evangelio. La oración, especialmente con la Palabra de Dios, nos descubre lo que Él quiere de nosotros, transformándonos en moradas de Dios, como afirma Tertuliano: «Cristo nos va enseñando cuál era el designio del Padre que Él realizaba en el mundo, y cuál la conducta del hombre para que sea conforme a este mismo designio». Y lo mismo podemos decir de las demás religiones: participando en la vida demócrata, la religión suma, no resta: encuentra unos espacios comunes para construir una sociedad digna, siempre que haya respeto a los demás, tolerancia, libertad… Así, la laicidad no es un rechazo de la religión, sino un reconocimiento de su lugar propio, y una invitación a vivir en armonía y respeto mutuo entre las esferas civil y religiosa. Esta armonía permite a cada individuo buscar el bien común a través del trabajo, la justicia, y la solidaridad, respetando el modo de ser y la libertad política de cada persona. |
lunes, 3 de junio de 2024
¿Disminuye el coeficiente intelectual en las últimas décadas?
Se están publicando estudios con afirmaciones sobre la disminución del coeficiente intelectual medio, la riqueza del lenguaje y su impacto en el pensamiento y la inteligencia.
Disminución del Coeficiente Intelectual (CI):
–Efecto Flynn: describe el aumento continuo del CI a lo largo del siglo XX. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que en algunos países desarrollados, este efecto se ha revertido o ralentizado en las últimas décadas. Estudios en países como Noruega, Dinamarca y el Reino Unido han mostrado que los puntajes de CI pueden estar disminuyendo, aunque las causas exactas aún se debaten.
–Posibles causas: son variadas y complejas, incluyendo factores como cambios en el sistema educativo, el entorno social y familiar, la nutrición, y la exposición a tecnologías digitales.
Empobrecimiento del Lenguaje:
–Reducción del Vocabulario: Varios estudios indican que el uso del lenguaje y el vocabulario se ha reducido en la comunicación diaria, especialmente entre los jóvenes. La omnipresencia de los medios digitales y las redes sociales ha promovido formas de comunicación más breves y simplificadas.
–Impacto en el pensamiento complejo: La riqueza del lenguaje está estrechamente ligada a la capacidad de pensamiento complejo y abstracto. La pérdida de sutilezas lingüísticas y la reducción del vocabulario pueden limitar la capacidad para expresar y elaborar pensamientos complejos.
Eliminación de Complejidad Lingüística:
–Simplificación del Idioma: La tendencia a simplificar la ortografía y la gramática puede contribuir al empobrecimiento del pensamiento crítico. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio entre simplificación y precisión para asegurar una comunicación efectiva sin sacrificar la riqueza del idioma.
Violencia y expresión emocional: La incapacidad para expresar emociones de manera articulada puede conducir a comportamientos más impulsivos y violentos. La educación lingüística que fomenta una rica expresión emocional es fundamental para el desarrollo personal y social.
Influencia de la Literatura y la Historia: Obras como 1984 de George Orwell y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury ilustran cómo la manipulación del lenguaje puede ser utilizada para controlar el pensamiento y suprimir la disidencia. La historia muestra que la limitación del lenguaje ha sido una herramienta utilizada por regímenes totalitarios para restringir el pensamiento crítico y la libertad de expresión.
Consideraciones finales: Es crucial fomentar el desarrollo del lenguaje y el pensamiento crítico en la educación. Enseñar a los jóvenes a utilizar el idioma de manera rica y precisa es esencial para su capacidad de razonamiento y su comprensión del mundo. La complejidad del lenguaje no solo es una herramienta de comunicación, sino también un medio para el desarrollo del pensamiento crítico y la creatividad.
Al mismo tiempo, es importante abordar los desafíos contemporáneos con una perspectiva equilibrada, reconociendo tanto los beneficios como los posibles riesgos de la simplificación lingüística y el impacto de las nuevas tecnologías en nuestra capacidad de pensamiento y comunicación.
Conclusión. Las preocupaciones sobre el empobrecimiento del lenguaje y su impacto en la inteligencia y el pensamiento crítico son válidas, pero hay que irlo contrastando en evidencias empíricas y estudios científicos que lo fundamenten. La educación y la práctica del lenguaje en su forma más completa y variada siguen siendo herramientas esenciales para el desarrollo intelectual y emocional de las personas.
Nuevo curso sobre diálogo de civilizaciones y religiones
Hola, comenzamos en noviembre un nuevo curso sobre diálogo de civilizaciones y religiones, te invitamos a participar de modo presencial u on...
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