En la vida todo es aprendizaje, y lo mejor está por llegar…

miércoles, 28 de abril de 2010

A mi madre

Tengo 44 años, soy la mayor de cuatro, y mi madre ha cumplido 70 este año. O sea, que tengo cierta experiencia como hija. En realidad, es de lo que más experiencia tengo!


Había pensado dedicar este post a mi madre. Ella no lo leerá, pero no me importa. Estaba hace un momento hablando con ella por teléfono -vivimos a 650 km de distancia- para desearle que todo vaya bien mañana, porque van a operarle un pie. Y mientras escuchaba su charla he abierto este blog para escribir sobre ellas, las madres, nuestras madres.


Mucho se habla de las diferencias generacionales, y con razón en muchos casos. En estos tiempos que corren, de la globalización en la información sobre todo, las cosas cambian mucho y muy deprisa. A veces parece que un abismo se abra entre ellas y nosotros, los hijos de mi generación. Cuando nos hacemos independientes de los padres e iniciamos la propia vida, la propia familia, puede ocurrir como me ocurrió a mí -lo confieso avergonzada- que uno se siente en cierto modo superior, como si ser madre por ejemplo fuera algo que nos viniera dado con el libro de familia. Imagino que muchos se reconocerán en esas frases que habremos pensado o dicho en voz alta: "yo lo haré mejor, yo no cometeré tal o cual error". Pensamos que el hecho de haber sufrido las supuestas equivocaciones educacionales de nuestros padres nos inmuniza para cometerlas con nuestra prole.


Ja, qué gracia. Hoy, en vísperas del comercial pero también entrañable (por esas preciosas manualidades que nuestros hijos nos regalan en esta fiesta) Día de la Madre, me reconozco deudora del amor de mi madre, de sus desvelos, atenciones, hasta de sus errores siempre bienintencionados. Perdóname por haberte juzgado desde la insolencia de mi juventud, por haber desdeñado muchos consejos desde una superioridad mal entendida.


El cuarto mandamiento me recuerda a las confesiones de cuando era niña: he desobedecido a mi madre... Hace ya unos años que me he dado cuenta de cuánto más abarca ese precepto divino, y según se acercan mis padres a la ancianidad (siempre les hago bromas sobre eso, la tercera edad, etc) me siento más conminada a vivir también por ellos, no sólo por mi propia familia. A ocuparme de ellos desde lejos o desde cerca, a cuidarlos de todas las maneras posibles, y -sobre todo- me ocupo concienzudamente de que mis propios hijos amen y veneren a sus abuelos a través de mi propio amor y respeto por ellos (hasta un poco egoístamente, he de confesar: me parece la mejor manera de enseñar a mis hijos cómo me gustaría ser tratada de mayor!). Un hombre, una mujer ancianos, desgastados, seniles en algunos casos, inválidos, incómodos, necesitados, demandantes... son también un hombre, una mujer en plena dignidad. Quizá ya no les queda nada que dar, es el maravilloso momento de recibir. Esta es la lección que quiero transmitir a los hijos, y la única manera -por mucho que a veces cueste y resulte inconveniente, inoportuno- es con el ejemplo.


Mamá, un beso. Tu hija mayor, que te quiere como eres,


cristina


miércoles, 21 de abril de 2010

Vaya un artista...

Es un informático que se toma un año sabático para viajar por el mundo. Al objeto de tranquilizar a su familia les empieza a enviar pequeños vídeos de cada lugar que visita. Este es el resultado del montaje final.

La verdad que parece, quizá lo sea, una chorrada, pero te anima el espíritu e invita al optimismo.

Es bonito ver como el ser humano tiene un lenguaje común, mas allá de culturas y diferencias clasistas.
Where the Hell is Matt? (2008) from Matthew Harding on Vimeo.


Tiene su gracia... llucià pou sabaté

domingo, 18 de abril de 2010

Poco a poco, mejoras en el blog...

Hola, voy a dejar al lado mi lista de blogs, con cosas varias. En el primero, Volar más alto, dejo los comentarios litúrgicos de cada día, para no llenar esta página con ellos. Basta pulsar allí para leerlos...
Os invito a colaborar en el blog, con aportaciones, y sugerirme cosas... y colgar material... Saludos,
Llucià Pou Sabaté

Domingo 2 de Pascua, de la Divina Misericordia, dedicado a los recién bautizados. Somos hijos de Dios en Cristo y sentirnos siempre dentro de ese amor divino.


Es hoy un día dedicado a la divina misericordia, y a los recién bautizados, como dice la
antífona de entrada: «Como el niño recién nacido, ansiad la lecha
auténtica, no adulterada, para crecer con ella sanos. Aleluya».
En torno a los Apóstoles comienza a formarse la primera comunidad
eclesial, avalada por la fe en la resurrección del Señor Jesús. Queda simbolizado en que esperaban poder rozar su sombra... que para los antiguos es como una proyección de la persona misma: la fuerza de Jesús es la fuerza de los discípulos; lo mismo que hace
Jesús harán sus discípulos; si él hizo curaciones, los discípulos
también las harán en su nombre.
Ante la prohibición de predicar, dirán: «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres»! Se sienten libres, milagrosamente escapados de prisión… ¡Qué Dios éste, que parece que
juega con los hombres, frágiles juguetes en sus manos! Nosotros, muchas veces, tenemos ganas de controlar todo... de modo excesivo...
El Salmo canta: "Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia…".
Fue tanto ese amor de Dios que llevó a la Cruz hasta el final. "Si no hubiera
existido esa agonía en la Cruz, la verdad de que Dios es Amor estaría
por demostrar" (Juan Pablo II).
"Este es el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo". Un día Jesús le dijo a santa Faustina Kowalska: "La humanidad no encontrará paz hasta que se dirija con confianza a la misericordia divina". La misericordia divina es el don pascual que la Iglesia recibe de Cristo resucitado y que ofrece a la humanidad.
El Evangelio nos cuenta cómo Jesús se aparece con los apóstoles el domingo de resurrección y el siguiente. Tomás no cree si no ve las llagas... nosotros le decimos a Jesús: "Dentro de tus llagas escóndeme!". El Corazón de Jesús rebosante de ternura fue visto por santa Faustina Kowalska con dos haces de luz que iluminaban el mundo. "Los dos rayos -le dijo el mismo Jesús- representan la sangre y el agua". La sangre evoca el sacrificio del Gólgota y el misterio de la Eucaristía; el agua, según la rica simbología del evangelista san Juan, alude al bautismo y al don del Espíritu Santo (Jn 3,5). A través del misterio de este Corazón herido, no cesa de difundirse también entre los hombres y las mujeres de nuestra época el flujo restaurador del amor misericordioso de Dios. Quien aspira a la felicidad auténtica y duradera, sólo en él puede encontrar su secreto.

Llucià Pou Sabaté

viernes, 16 de abril de 2010

Pascua, día que el Señor transforma las penas en alegrías


Rezan las primeras
homilías que conservamos: "Soy Yo, en efecto vuestra remisión; / soy
Yo, la Pascua de la salvación; / Yo el cordero inmolado por vosotros,
/ Yo vuestro rescate, / Yo vuestra vida, / Yo vuestra luz, / Yo
vuestra salvación, / Yo vuestra resurrección, / Yo vuestro rey... / Él
es el Alfa y el Omega / Él es el principio y el fin. / Él es el
Cristo. Él es el rey. Él es Jesús, / el caudillo, el Señor, / aquel
que ha resucitado de entre los muertos / aquel que está sentado a la
derecha del Padre...." La misa de Pascua está llena de gozo, del gozo
de la Vida que nos comunica el Resucitado.

"Este es el día en que actuó el Señor, / que sea un día de
gozo y de alegría. / Este es el día en que, vencida la muerte, /
Cristo sale vivo y victorioso del sepulcro. / Este es el día que lava
las culpas y devuelve la inocencia, / el día que destierra los temores
y hace renacer la esperanza, / el día que pone fin al odio y fomenta
la concordia, / el día en que actuó el Señor, / que sea un día de gozo
y de alegría. / Hoy, Señor, cantamos tu victoria, / celebramos tu
misericordia y tu ternura, / admiramos tu poder y tu grandeza, /
proclamamos tu bondad y tu providencia. / Que sea para nosotros el
gran día, / que saltemos de gozo y de alegría, / que no se aparte
nunca de nuestra memoria / y que sea el comienzo de una vida / de
esperanza, de amor y de justicia".
El Salmo canta: "Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo… Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia".
Pascua, el día que transforma las
penas en alegrías. El enigma mayor de la condición humana es la
muerte. ¿Como es que el hombre, con deseos de ser feliz, muere? Es el
misterio del dolor, de la cruz, que no tiene explicación. Un proceso
de transformación, como una purificación del amor, que nos prepara
para la felicidad que es estar con Dios. Realidad misteriosa que no es
el final, pues cuando se acaba nuestra estancia aquí en la tierra
comienza otra, la vida continúa en el cielo. La muerte no es el final
de trayecto, la vida no se acaba, se transforma…
Jesús también muere, y ha resucitado. Y nos dice: "Yo soy el camino…".
La muerte es una realidad misteriosa, tremenda, y del más allá no
sabemos mucho, sólo lo que Jesús nos dice: "Yo soy la resurrección y
la vida…"
Dios, que es amor, nos hace entender que el amor no se acaba con la
muerte, que después de esta etapa hay otra para siempre. Que Dios no
quiere lo malo, pero lo permite en su respeto a la libertad, sabiendo
reconducirlo con Jesús hacia algo mejor… la muerte para la fe
cristiana es una participación en la muerte de Jesús, desde el
bautismo estamos unidos a Él, en la Misa vivimos toda la potencia
salvadora de la muerte hacia la resurrección.
Las fuerzas atávicas del mal, que volcaban en un inocente sus traumas
y represiones (el chivo expiatorio) que por el demonio se vierte toda
la agresividad en contra del Mesías, quedan truncadas. Pues en la
muerte de Jesús esas fuerzas quedan vencidas, el círculo del odio
queda sustituido por el círculo del amor; una nueva ola que alcanza
–con su Resurrección- todos los lugares del cosmos en todos sus
tiempos. "En su muerte en la cruz se realiza ese ponerse Dios contra
si mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto
es amor en su forma más radical" (Benedicto XVI). Se establece la
redención, la vuelta al paraíso original, a la auténtica comunión con
todos y todo. Y cuando estamos en contacto con Jesús, en la comunión,
también estamos con los que están con Él, de todos los lugares de
todos los tiempos, con los que queremos y ya se han ido de nuestro
mundo y tiempo.
Este es el misterio pascual de Jesús, el paso de la muerte a la Vida,
la luz que se enciende con la nueva aurora. El cuerpo que se entierra
es semilla –grano de trigo que muere y da mucho fruto- para una vida
más plena, de resurrección.
El amor humano nos hace entender ese amor eterno, pues el amor nace
para ser eterno, aunque cambiemos de casa quedamos unidos a los que
amamos. Jesús nos enseña plenamente el diccionario del amor, nos habla
del amor de un Dios que es padre y que nos quiere con locura, y
dándose en la Cruz, hace nuevas todas las cosas, en una renovación
cósmica del amor: las cosas humanas, sujetas al dolor y la muerte,
tienen una potencia salvífica, se convierten en divinas.
En este retablo de las tres cruces, vemos a la Trinidad volcar su amor
en el calvario. Y junto a Jesús, su madre. Allí ella también entrega a
su hijo por amor a nosotros. Allí también está el buen ladrón que
dice: "Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino", y Jesús le da
la fórmula de canonización: "en verdad te digo que hoy mismo estarás
conmigo en el paraíso"; es un misterio ese juicio divino en el amor.
Juntos se fueron al cielo.
Estos días queremos vivir el misterio, abrir los ojos como las mujeres
al buscar a Jesús en la mañana de pascua, y les dice el ángel, aquel
primer domingo: "¿por qué buscáis entre los muertos aquel que está
vivo? No está aquí, ha resucitado". Queremos ver más allá de lo que se
ve, beber de ese amor verdadero que es eterno, para iluminar nuestros
días con ese día de fiesta, de esperanza cierta.

Llucià Pou Sabaté

jueves, 15 de abril de 2010

Dedicado a las madres...


Todo lo que siempre necesité saber, lo aprendí de mi Madre:

-Mi madre me enseñó a APRECIAR UN TRABAJO BIEN HECHO: 'Si os vais a
matar, hacerlo afuera. Acabo de terminar de limpiar!'
-Mi madre me enseñó RELIGION: 'Reza para que esta mancha salga de la alfombra.'
-Mi madre me enseñó RAZONAMIENTO: 'Porque yo lo digo, por eso... y punto!!!!'
-Mi madre me enseñó IRONIA: 'Tú sigue llorando, verás como te doy una
razón para que llores de verdad.'
-Mi madre me enseñó a ser AHORRATIVO: 'Guárdate las lágrimas para
cuando yo me muera!!!'
-Mi madre me enseñó OSMOSIS: 'Cierra la boca y come!!!!!'
-Mi madre me enseñó CONTORSIONISMO: '¡Mira la suciedad que tienes en
la nuca, vuélvete!'
-Mi madre me enseñó FUERZA Y VOLUNTAD: 'Te vas a quedar sentado hasta
que te comas todo.'
-Mi madre me enseñó VERACIDAD: '¡¡Te he dicho un millón de veces que
no seas exagerado!!'
-Mi madre me enseñó MODIFICACION DE PATRONES DEL COMPORTAMIENTO: 'Deja
de actuar como tu padre!!!!!'
-Mi madre me enseñó habilidades como VENTRILOQUIA: 'cállate y
contéstame: ¿por que lo hiciste?'
¡¡¡GRACIAS MAMA!!!.... Madre solo hay una.....
LA IMAGEN QUE TENEMOS DE MAMÁ EN DISTINTAS ETAPAS DE NUESTRA VIDA:
A los 4 años: '¡Mi mamá puede hacer cualquier cosa!'
A los 8 años: '¡Mi mamá sabe mucho! ¡Muchísimo!'
A los 12 años: 'Mi mamá realmente no lo sabe todo....'
A los 14 años: 'Naturalmente, mi madre no tiene ni idea sobre esto'
A los 16 años: '¿Mi madre? ¡Pero qué sabrá ella!'
A los 18 años: '¿Esa vieja? ¡Pero si se crió con los dinosaurios!'
A los 25 años: 'Bueno, puede que mamá sepa algo del tema....'
A los 35 años: 'Antes de decidir, me gustaría saber la opinión de mamá.'
A los 45 años: 'Seguro que mi madre me puede orientar'.
A los 55 años: 'Qué hubiera hecho mi madre en mi lugar?'
A los 65 años: '¡Ojalá pudiera hablar de esto con mi mamá!'

Me lo pasaron, y me gustó,
llucià pou sabaté

El secreto de Tierra Santa.


Por su geografía y cultura, es punto de encuentro de las antiguas
civilizaciones de Egipto y Mesopotàmia, ese pequeño país de paso fue
conquistado y dominado por los persas, griegos, romanos, imperio
Otomano, Bizancio, los cruzados, los turcos... Edificado y destruido
muchas veces, es una tierra en continua construcción. El secreto de
esta Tierra santa es que ahí estuvo Jesús, y por ello ahí está el
eterno conflicto (Covadonga O'Shea). Ahí están los Santos Lugares, en
medio de un cúmulo de riqueza arqueológica, antropológica y religiosa.
Es la tierra de Abraham, que fundó el pueblo de los creyentes; de
Moisés que lo volvió a fundar (aunque él no llegara más que a las
puertas de la tierra prometida); de los Profetas y sobre todo del Rey
David, aquel antecesor e imagen de Cristo 1000 antes de que llegara el
Mesías. La capital de Israel, Jerusalén, gira en torno a un monumento
que ya no existe: el Templo de Salomón, reconstruido y ampliado
lujosamente por Herodes el Grande, para guardar un Arca de la Alianza
que tampoco existía en aquel entonces.
Los cristianos de Tierra Santa piden hoy ayuda del resto de la
Iglesia, y el Viernes Santo se celebra la Colecta por los Santos
Lugares, es una ocasión de vivir la solidaridad con esta Tierra donde
hay una presencia pequeña de seguidores de Jesús, en las distintas
confesiones: un 2% del total de la población. En medio de tensiones
territoriales de hebreos y palestinos, muchos han de emigrar pues no
aguantan la presión y la discriminación que ahí tienen los cristianos.
Orar y trabajar por la paz de los Santos Lugares es tarea de todos.
Esta Colecta en favor de Tierra Santa ya se hizo en tiempos de San
Pablo ante las dificultades de entonces (1 Cor 16,1-3).
La arqueología bíblica tiene como objetivo conocer la verdad, dar el
contexto histórico-geográfico de la Palestina del tiempo de Jesús, y
sobre Jesús y sus paisanos. No pretende "hacer creyentes", su
finalidad es mostrar las fuentes, la palabra escrita en la piedra, que
completa la que está escrita en los libros, la memoria de las gentes,
sus corazones. Aunque no deja de tener emoción mística y/o también
estética poder contemplar las mismas calles y casas que vieron los
ojos de Jesús en Galilea, y monedas y utensilios de todo tipo que
encuadran las palabras de Jesús en el ambiente que se va desvelando
con esta ciencia histórica. El círculo de esos yacimientos se va
ampliando día a día. Van iluminando así los relatos del Evangelio y la
descripción más detallada de Flavio Josefo. El desierto de Judá
también es mina de datos históricos (capítulo aparte son los
manuscritos de Qumrán, papiros de Murabbaat y Nahal Hever).
En los siglos IV-VI, ya muchos cristianos eligen vivir en Palestina:
monjes como Teodoro, Cantón, Sabas, escritores como Jerónimo, Rufino,
nobles matronas como Paula o emperatrices como Eudoxia. Palestina se
fue convirtiendo en una Tierra-Santuario. De todo esto se salvó bien
poco cuando en 614 los persas y en 636 las tribus islámicas lo
destruyen, y todo queda en abandono. Los siglos XII-XIII fueron de
cruzadas, nuevas construcciones y destrucciones. Singular papel
jugaron en los siglos posteriores los monjes griegos, armenios y
franciscanos en la custodia de los lugares santos, y atención de los
peregrinos –pocos- que se atrevían a ir. Por fin, gracias a los
incrédulos racionalistas "científicos" del siglo XIX, la ciencia
arqueológica avanzó en el sentido de que sí, de que todo era
auténtico: aparecen osarios con cruces y nombres cristianos, grafitos
en paredes se¬pulcrales de la comu¬nidad cristiana de los siglos I-V.
Los últimos yacimientos más extraordinarios son quizá los referentes a
las casas de María y Pedro. En Nazaret se descubre la primera
atestación de culto mariano, siglos II-III. Ya el Anónimo de Piacenza,
que visitó Tierra Santa en el siglo VI, escribe: "La casa de Santa
María es una basílica y se suceden muchas curaciones". Fue una
sorpresa cuando al remover los mosaicos de la iglesia bizantina para
res¬taurarlos, se vieron los escombros de debajo, como era habitual se
ponían ahí los restos no aprovechados de la antigua construcción, en
este caso edificio sinagogal de los siglos III-IV, las inscripciones
mostraban que era un lugar de culto cristiano: "AVE MARIA", "SOBRE EL
LUGAR SAGRADO DE MARIA HE ESCRITO". Así, la actual basílica de la
Anunciación de Nazaret, construida sobre la cruzada y ésta sobre otras
más antiguas, es una cadena de lugares de culto que se han sucedido a
través de la historia. La tradición está viva y vincula las personas
de la actual comunidad cristiana con los parientes de Jesús. Otro
sensacional hallazgo es la casa de San Pedro en Cafarnaún. La basílica
octogonal bizantina había sido erigida sobre una capilla anterior, la
domus-ecclesia de la que habla la peregrina Egeria en el siglo IV: "En
Cafarnaún, la casa del Príncipe de los Apóstoles ha sido convertida en
iglesia; sus paredes están hoy como entonces fueron". El nivel
inferior pertenecía al primer siglo.
Son muchos otros los lugares donde van emergiendo pruebas históricas.
El arqueólogo ha visto en sus excavaciones de los lugares santos de
Palestina cómo hay una veneración con señales de continuidad histórica
(dentro de la continua construcción/destrucción de santuarios en esos
lugares, de la historia de esas persecuciones). Esa continuidad de
presencia cristiana como garantía de devoción de esos lugares, "va
desde los primeros discípulos de Jesús hasta nuestros días" (Miguel
Piccirillo). La Iglesia del Santo Sepulcro es como la huella
silenciosa del paso de Dios por la tierra, como decía Juan Pablo II:
"lugares de la Tierra, Lugares de Tierra Santa, no sé cómo guardaros
aquí dentro, dentro de mí. No sé como pisaros, no puedo: arrodillarme
quiero ante vosotros. Doblo la rodilla y callo. Algo mío te quedará
tierra, te quedará mi silencio. Y mientras tanto te llevo dentro para
ser como tú lugar de testimonio. Me voy, me marcho como testigo, me
voy para atestiguar lo que ha pasado a través de los milenios".

llucià pou sabaté

Reflexiones de un misionero ante una mujer moribunda.


El Padre Christopher, de S. Pedro de Macorís, Argentina, volvía
desanimado a su casa..., iba "con más penas en el alma y más problemas
de los que este pobre misionero podía soportar" en medio de un lodazal
de caña y fango. "Me pesaba la parroquia, me aplastaba la misión. Me
parecía que corría y corría de un lado a otro y no había hecho nada en
todos estos años, me sentía bastante fracaso..." Recordó que por allí
había una enferma que visitar en una casucha, y entró a verla mientras
pensaba: 'estoy muerto, agotado, si no tengo nada que dar' . Se
llamaba Marta, estaba con otros nueve entre hijos, hermanos, su madre.
Estaba inválida, tendría quizá 34 años, el cuerpo esquelético cubierto
de costras sobre un camastro mugriento. Sonrió de verdad, de sus
adentros, y le dijo: 'padre ¿ha venido a rezar?' -'Sí, sí, claro, para
eso he venido, para rezar'. Busqué el Breviario... comencé a rezar el
himno"... que vamos aquí copiando, al hilo de sus reflexiones de esos
días: "En esta tarde, Cristo del Calvario, / vine a rogarte por mi
carne enferma; / pero, al verte, mis ojos van y vienen / de tu cuerpo
a mi cuerpo con vergüenza". "Marta me escuchaba… yo no veía ya más que
la viva imagen de un Cristo desgarrado, triturado por mil hambres y
mil cruces".
Al llegar a la noche el sacerdote fue a rezar a Cristo en la Cruz:
"Jesús de mi vida, haber conocido tu amor... y todavía andarme con
quejas y tacañeces. Pastor bueno, tan herido de pecados y de amores,
'¿cómo quejarme de mis pies cansados, / cuando veo los tuyos
destrozados? / ¿Cómo mostrarte mis manos vacías, / cuando las tuyas
están llenas de heridas? Pensaba en aquella mujer, imagen del
crucificado, que sufría dolores espantosos por todo el cuerpo pero
sobre todo una llaga purulenta en la espalda, que jamás cerraba.
"Aprendí tanto de esta mujer. Era casi imposible oír una queja de sus
labios. Yo le hablaba de la bondad de Dios, de la vida eterna, hasta
que en una ocasión me preguntó: 'padre, ¿qué hay que hacer para ir al
cielo? yo no estoy bautizada y mis hijos tampoco...'" El día del
bautismo, una tarde del verano de 1999, "a Marta no le cabía más
felicidad en el alma..." y aquel día el Padre le dijo a Jesús: "hoy sé
que te bastan mis manos vacías… Ahora sé que no es el aplauso y el
éxito de este mundo lo que forja al misionero, sino que se mide su
valer por las heridas de unos clavos que el mundo no sabe ver… las
manos cada vez más vacías de mí, para bendecir, para acariciar, para
curar, para amar, para servir… Manos, dame Señor de pastor, manos
llenas sólo de tu amor y tu ternura." Y repitió las palabras del
himno: "¿Cómo explicarte a ti mi soledad, / cuando en la cruz alzado y
solo estás? / ¿Cómo explicarte que no tengo amor, / cuando tienes
rasgado el corazón?"
El calvario de Marta adelantaba... se le iba pudriendo la vida poco a
poco. En eso Dios le mandó un ángel, se llamaba Marina, una misionera
que la cuidó... Y pensó el sacerdote en esa soledad, icono y
transparencia de las de Jesús, pensaba en su vida: "En tu vida, Jesús,
pasaste las soledades más hermosas y radiantes que mente humana
pudiese imaginar... la confianza total en su proyecto de amor…con
María… 'Pero también, ¡que espantosas esas otras soledades, de hieles
y vinagres saturadas!'… aquellos a quienes llamaste amigos y ahora tan
solo te dejaban… '¡Getsemaní del alma! ¡Que duro amar a quienes ahora
tan poco te aman!...' Robaste mi corazón en mi adolescencia enamorada,
mi primer amor, contigo me fui sin pensarlo dos veces y me sellaste el
alma y dijiste: 'te basta mi gracia'. ¡Cuán feliz me has hecho con esa
alegría que reservas para quienes -sólo por amor- lo perdieron un día
todo por ti y lo dejaron todo en la arada!… Yo no sabía que en este
mundo se pudiera ser tan feliz… ¡cuanto te agradezco haber sentido tu
llamada!..., enfermo de amores y repleto de gracias… soledades, de
noches angustiosas, que me hicieron entender que sacerdocio es dolor,
y que 'quien no sabe de penas nada sabe de amores'… qué duras las
soledades quien -por sólo tenerte a ti- nada, nada tiene cuando tú te
alejas.."
Decía Marta en sus últimos días: "nací para sufrir, pero ¡cuantos hay
que no tienen en este mundo gente tan buena como ustedes para aliviar
las penas!... Si hubiera más gente así, todo el mundo sería feliz..."
y pensaba el sacerdote: 'Te veo ahí, colgado entre el cielo y la
tierra, coronado de espinas… sin belleza, sin aliento. Costado abierto
y la mirada al cielo… Y pienso si aún no me faltan, lanzas, coronas,
clavos y el costado abierto, que disipen más mis quejas y mis
tormentos. Jesús ¿qué es un sacerdote sin tormentos?" Un día llegó uno
de los hijos de Marta: "mi mamá se está muriendo". Murió confiada en
Dios, sin una sola queja. Y el sacerdote pensó que así rezaba el final
del himno:
"Y sólo pido no pedirte nada, / estar aquí junto a tu imagen muerta, /
ir aprendiendo que el dolor es sólo / la llave santa de tu santa
puerta'… dame ser contigo, pastor herido, pastor bueno... Dame Jesús,
brazos fuertes para cargar a todos, ovejas al hombro y en el
entrecruzar de mis brazos todos los corderos del mundo y que junto a
mi corazón, descansen en tu regazo..." Amén.

llucià pou sabaté

Edit Stein y la cruz


Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, participó en el
misterio de la cruz. Fue doloroso desprenderse de su amada familia
religiosa. "No tengo por qué preocuparme,
sino orar mucho para permanecer fiel en cualquier situación".
Oración y fidelidad a su propia vocación: ésta era su disposición frente a la posible deportación y a la muerte. A medida que recibía noticias alarmantes de Alemania, iba tomando fuerza
poco a poco su intuición del martirio, hasta convertirse en
preparación convencida. Ya desde el ultimo año que pasó en Colonia se
había sentido en profunda armonía con la reina Ester del Antiguo
Testamento, esa mujer fuerte, valerosa, dispuesta a ofrecer su propia
vida por la salvación de su pueblo. Ahora Edith puede decir:
"Estoy segura de que el Señor ha aceptado mi vida por todos.,. Ester
había sido escogida de entre su pueblo precisamente para interceder
ante el rey por ese mismo pueblo suyo. Yo soy una pequeha Ester pobre
e impotente, pero el Rey que me ha escogido es infinitamente grande y
misericordioso. Y éste es un gran consuelo".
Era un pensamiento que no la abandonaba nunca. En 1941, para el
onomástico de la Priora, Madre Antonia, compuso una poesía titulada
Diálogo nocturno, en la que el protagonista era la reina Ester. En el
momento trágico, Ester se acerca al soberano para implorar la
salvación de su pueblo. Sumergida en una experiencía extática
nocturna, se le aparece "un monte desnudo, y en el monte una cruz, y
en la cruz estaba enclavado Alguien que sangraba por mil llagas... "
La cruz constituye el centro de toda la vida espiritual de Edith. Pero
de manera especial cuando se encarniza la persecución contra los
hebreos, en el Carmelo se sitúa incondicionalmente al pie de la cruz.
El domingo de pasión de 1939 pidió licencía para ofrecerse como
"víctima de expiación al Sagrado Corazón de Jesús por la verdadera
paz". Aquellos días redacta su testamento, que termina con estas
palabras: "Desde ahora acepto la muerte que Dios me tiene reservada
con perfecta sumisión a su santísima voluntad y con alegria. Ruego al
Sehor que reciba mi vida y mi muerte pare su honor y alabanza... como
expiación por la incredulidad del pueblo hebreo".
Vivió sus últimos meses la noche de la fe, guiada por San Juan de la Cruz. Llegaba a la última estación de su via-crucis. Arrancada de su monasterio, camino al encuentro de la Cruz del Gólgota de Auschwitz.
Desde enero de 1942 se daba cuenta de que su presencia en el Carmelo
de Echt podía acarrear consecuencias desagradables para la comunidad.
Holanda estaba ocupada por Alemania, y a través de una sutilísima red
se multiplicaban los centros de las SS. Tanto Edith como Rosa fueron
llamadas a Maastricht y tuvieron que dar informaciones por su propia
cuenta. Se les exige también que lleven en el vestido la estrella
amarilla, señal de que eran judías. Sor Teresa Benedicta trató por
todos los medios posibles de encontrar una visa para Suiza para poder
refugiarse en el Carmelo de Le Paquier. Dos oficiales alemanes de las SS llegaron al monasterio de Echt. Sor Teresa Benedicta fue obligada a abandonar el convento en el termino de cinco minutos. A la puerta, la esparaba Rosa. Sor Teresa Benedicta le tomó la mano y le dijo: "ven, vayamos por nuestro pueblo". Se entiende, el pueblo judío.
En un breve escrito (Expiación mística) había rubrayado: "E1 Salvador
no está sólo en la Cruz... Todo hombre que en el transcurso de los
tiempos soportó con paciencia un destino duro pensando en los
padecimientos del Salvador y que asumió sobre sí voluntariamente una
vocación expiatoria, ha contribuído con esto a aligerar la carga
enorme de los pecados de la humanidad y ha ayudado al Señor a llevar
su peso. Más aún, Cristo, la Cabeza, realiza la obra redentora a
través de aquellos miembros de su Cuerpo Místico, que se le unen en
alma y cuerpo para su obra de salvación... El sufrimiento reparador,
aceptado voluntariamente, es lo que en realidad une más con el Senor".
Las hermanas Stein, poco después de su llegada a
Auschwitz-Birkenau fueron asesinadas en la cámara de gas. Edith tenía
51 años, Rosa 59. Un testigo ocular, Luis Schlütter, que poco antes de
salir de Westerbork intercambió algunas palabras con Edith, refiere
este testimonio suyo: "Cualquier cosa que pueda acaecer, estoy
preparada para todo. Jesús está también aquí en medio de nosotros". Y
Jesús tenía que estar entre los pobres judíos que, con el espasmo del
terrible tóxico, terminaron su vida encerrados en el subterráneo de la
"casa blanca" de Auschwitz.
Llucià Pou Sabaté

Romance de la gotita de agua


Transcribo aquí un poema escrito por una carmelita descalza de Igualada (Cataluña, España), que ha llenado de consuelo a más de una persona enferma, y que puede servirnos a todos, pues describe la trayectoria de la vida, con momentos de luces y de sombras, pero que al final todo encuentra un sentido en los planes de Dios. Me limitaré a algunos comentarios, entre paréntesis. En la primera parte, habla de sueños y de infancia, de imaginación y de ganas de vivir, sin codicia que la distraiga del deseo de cumplir la voluntad de Dios, que va naciendo en su alma y que cultivará día a día, pues la vida cristiana puede resumirse en docilidad en dejarse llevar por el Espíritu de Dios:
"Pues, he aquí que una vez, / una gotita de agua / en lo profundo del mar / vivía con sus hermanas.
Era feliz la gotita… / libre y rápida bogaba / por los espacios inmensos / del mar de tranquilas aguas / trenzando rayos de sol / con blondas de espuma blanca.
¡Qué contenta se sentía, / pobre gotita de agua, / de ser humilde y pequeña, / de vivir allí olvidada / sin que nadie lo supiera, / sin que nadie lo notara!
Era feliz la gotita… / ni envidiosa ni envidiada, / sólo un deseo tenía, / sólo un anhelo expresaba…
En la calma de la noche / y al despertar la alborada / con su voz hecha murmullo / al Buen Dios así rezaba: / "Señor, que se cumpla en mí / siempre tu voluntad santa; / yo quiero lo que Tú quieras, / haz de mi cuanto te plazca"… / y escuchando esta oración, / Dios sonreía… y callaba.
Una tarde veraniega / durmióse la mar, cansada, / soñando que era un espejo / de fina y de bruñida plata / un sol de fuego lanzaba / sus besos más ardorosos.
Era feliz la gotita / al sentirse así besada… / el sol, con tiernas caricias, / la atraía y elevaba / hacia él y, en un momento, / transformóla en nube blanda.
Se reía la gotita / al ver cuan alto volaba, / y, dichosa, repetía / su oración acostumbrada: / "Cúmplase, Señor, en mí / siempre tu voluntad santa"… / al escucharla el Señor / se sonreía… y callaba.
(Son momentos de subir, de goce, de sentir entusiasmada que todo se ve de color rosa, que todos los sueños se harán realidad)
Mas, llegado el crudo invierno / la humilde gota de agua, / estremecida de frío, / notó que se congelaba / y, dejando de ser nube, / fue copo de nieve blanca.
Era feliz la gotita / cuando, volando, tornaba / a la tierra, revestida / de túnica inmaculada / y en lo más alto de un monte / posaba su leve planta.
Al verse tan pura y bella / llena de gozo rezaba: / "Señor, que se cumpla en mí / siempre tu voluntad santa"… / y allá, en lo alto del cielo / Dios sonreía… y callaba….
(Aquí veo referencias a la vocación al Carmelo –monte- vestida ya del hábito -túnica inmaculada-. Una vez vencido el afán de independencia, la entrega a Dios da un gozo de auténtica libertad. Sin embargo, la vocación de cada uno es la importante, lo que quiere Dios es que cumplamos su voluntad, manifestada en primer lugar en los mandamientos, pero –como siguió diciendo Jesús al joven rico- seguirle en las circunstancias en las que nos llama, y decirle que sí. Por tanto no se trata de un "estado de perfección" al que nos subimos y ya está hecho, sino de la "perfección en el propio estado", ahí dejarse llevar por lo que Dios quiere, en docilidad manifestada en las cosas de cada día, como sigue diciendo la poesía...)
Y llegó la primavera / de mil galas ataviada; / al beso dulce del sol / fundióse la nieve blanca / que, en arroyo convertida, / saltando alegre cantaba / al descender de la altura / cual hilo de fina plata.
Era feliz la gotita… / ¡cuánto reía y gozaba / cruzando prados y bosques / en su acelerada marcha! / y a su Dios esta oración / suavemente murmuraba: / "En el cielo y en el mar, / en el prado o la montaña, / sólo deseo, Señor, / cumplir tu voluntad santa"… / y Dios, al verla tan fiel, / se sonreía…y callaba…
(No es difícil esta oración, cuando todo va según el entusiasmo de esta segunda juventud, en el entusiasmo que da el seguimiento del Amor auténtico... pero llega la cruz, y ahí se demuestra que la santidad no es sólo decir "Señor, Señor" sino cumplir su Voluntad...)
Pero un día la gotita / contempló, aterrorizada, / la oscura boca de un túnel / que engullirla amenazaba, / trató de huir, mas en vano, / allí quedó encarcelada / en tenebrosa mazmorra / musitando en su desgracia / aquella misma oración / que antes, dichosa, rezaba: / "Señor, que se cumpla en mí / siempre tu voluntad santa… / en esta noche tan negra, / en esta noche tan larga / en que me encuentro perdida / Tú sabes lo que me aguarda, / yo quiero lo Tú quieras, / haz de mí cuanto te plazca"… / mirándola complacido / Dios sonreía… y callaba…
(En esos momentos de oscuridad, cuando llega la noche, el sufrimiento, la cruz que no esperábamos, la perseverancia junto al Señor, con paciencia, da paz. Y, cuando más negra es la noche, amanece Dios: no hay pena que mil años dure, ni Dios nos prueba por encima de nuestras fuerzas, sino que cuando nos manda una prueba también nos da la gracia para llevarla...)
Pasaron día y noches / y pasaron las semanas, / pasaron, lentos, los meses / y la gota, aprisionada / en aquel túnel tan triste / iba avanzado en su marcha / y… fue feliz la gotita, / porque cuando a Dios oraba, / sentía una paz muy honda / y de sí misma olvidada, / vivía para cumplir / de Dios la voluntad santa.
Mas, he aquí que, de pronto, / quedó como deslumbrada, / había vuelto a la luz / y se encontró colocada / en una linda jarrita / que una monjita descalza / depositó con amor / sobre el ara consagrada.
Presa de dulce emoción / la pobre gota temblaba / diciendo: "Yo no soy digna / de vivir en esta casa, / que es la casa de mi Dios / y de sus esposas castas". / El Señor que la vio humilde / Sonreía… y se acercaba.
(En esta parte final, vemos nuestra participación en el sacrificio de la Cruz de Jesús, cuando ponemos todo en la ofrenda y nuestra vida se convierte en sacri-ficio: de "sacra", sagrado; y "facio", hacer: hacer sagradas las cosas, introducirlas en Dios, que como decía san Josemaría Escrivá, no hacemos sólo lo que el mito del rey Midas que transformaba todo lo que tocaba en oro, sino que transformamos todo en gloria.)
Empezó la Eucaristía, / la gotita que, admirada, / los ritos iba siguiendo, / sintió que la trasladaban / desde la bella jarrita / hasta la copa dorada / del cáliz de salvación / y, con el vino mezclada, / en puro arrobo de amor / repetía su plegaria: / "Señor que se cumpla en mí / siempre tu voluntad santa"… / y sonreía el Señor, / sonreía… y se acercaba…
Llegado ya el gran momento, / resonaron las palabras / más sublimes que en la tierra / pudieron ser pronunciadas, / y el altar se hizo Belén / en el Vino y la Hostia santa. / Y…¿qué fue de la gotita ?... / ¡Feliz gotita de agua!... / Sintió el abrazo divino / que hacia Sí la arrebataba / mientras, por última vez / mansamente suspiraba: / "Señor, que se cumpla en mí / siempre tu voluntad santa"… / y, al escucharla su Dios / sonreía…y la besaba / con un beso tan ardiente / que el "Todo" absorbió a la "nada" / y en la sangre de Jesús / la dejó transubstanciada…
Esta es la pequeña historia / de una gotita de agua / que quiso siempre cumplir / de Dios la voluntad santa".
(Cuando nos unimos al sacrificio de Jesús y hacemos del día una Misa... es el "Todo" que nos asume y nos perdemos en Él, nos hacemos Cristo, para la Vida de todos...).
Llucià Pou Sabaté

martes, 13 de abril de 2010

En busca del rostro de Jesús


Estos años han surgido reconstrucciones del rostro de Jesús, también
en Semana Santa las cadenas de televisión nos ofrecen las producciones
cinematográficas sobre los tiempos de Jesús, que para mi gusto
muestran mejor a los personajes de la época que a Jesús, que siempre
es más o menos decepcionante, aunque se hacen buenos esfuerzos como
las de plastilina y dibujos animados de "El hombre que hacía
milagros". Nos es velado el rostro de Jesús, y la búsqueda no puede
cesar, pues la figura de estos 2000 años más influyente es Jesús de
Nazaret y por él se han hecho los actos más humanitarios, de amor, y
por desgracia han usado su nombre para cometer también atrocidades...
No quiero ahora entretenerme en considerar las semejanzas entre el
Jesús que aparece en la sábana santa y los iconos de las iglesias
orientales. Una vez se ha desprestigiado la prueba de carbono 14 que
le hicieron hace unos años, sigue apareciendo la "santa sindone" como
uno de los mejores testimonios del rostro de Jesús, de este Jesús que
nació, rezó y ayunó, que murió en el Calvario, con el sacrificio de la
cruz, en una victoria definitiva sobre el pecado y sobre la muerte.
Sin embargo, la imagen que podemos encontrar sobre todo es interior.
Juan Pablo II nos invitaba a fijar la mirada en el rostro de Cristo
crucificado y hacer de su Evangelio la regla cotidiana de vida. Decía
una chica que es muy difícil explicar esta experiencia: "cuando crees
en el Evangelio, cuando rezas, te sientes mejor, y sería estupendo que
viviéramos lo que nos enseña... el mundo sería distinto". Hay una
cierta "experiencia de Dios", un "laboratorio" en el que descubrimos,
aún dentro del ambiente secularizado que nos rodea, el rostro de
Jesús.
Al pasar por Madrid, pude conocer a un hombre algo anciano, que no
podía aguantar contar su alegría a alguien. Había llegado a la capital
después de la guerra, y entre pesares pudo ir adelante, recogiendo
colillas y papeles y otros desechos. Allí fue bautizado, pero pronto
abandonó la práctica religiosa porque no se atrevía, se veía indigno.
Pasaron los años y le pasó de todo. Acabó en la cárcel, 12 años estuvo
en tiempos del anterior régimen. Perdió un tobillo en un accidente (le
colocaron una prótesis) y al poco murió su mujer. En medio de muchos
pesares, y sin saber qué rumbo tomar, salió a ver procesiones de
Semana Santa, y decía: "ayer, al ver el paso del Cristo de los
gitanos, no pude aguantar más y me puse a llorar como un niño..."
Tenía ganas de portarse mejor, de cambiar de vida, de hacer algo...
confesó y fue a los Oficios, para comulgar. Qué tendría aquella mirada
del Cristo de los gitanos...
Estos días vemos como Joe Eszterhas, que fue el guionista del thriller
erótico de mayor éxito de los años 90 y otras películas que le
convirtieron en el "el rey del sexo y la violencia en América" según
la revista TIME, lleva la cruz en el Viacrucis de su parroquia, cuenta
la conversión, acude a la comunión y a los demás sacramentos, y
agradece a Dios que cuando estaba tocando fondo en su enfermedad, le
fuera a salvar…
El hombre, como el hijo pródigo, por muy lejos que vaya, por muy bajo
que caiga, es un buscador que persigue la verdad, la apertura
espiritual, a Dios. Jesús es el hijo pródigo que se va del cielo, que
nos viene a buscar, nos habla de que tenemos un Padre y que todos
somos hermanos, cosa que nos conmueve porque si no hay padre no hay
fraternidad, por mucho que seamos hijos de los hombres de Atapuerca.
Además, estamos todos interesados en el tema de qué será después de la
muerte (últimas preguntas) y cuál es el sentido de la vida (las
penúltimas preguntas). Este es el misterio del rostro de Jesús, que su
presencia se realiza hoy, en nuestras circunstancias históricas.
"Cristo, ayer, hoy y siempre". Tenía razón Dostoyevsky cuando en "Los
demonios" preguntaba "¿Puede un hombre culto, un europeo de nuestros
días, creer aún en la divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios? Pues en
ello consiste propiamente la fe toda".
«¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha
resucitado» (Lucas 24,5-6), preguntó el ángel a las santas mujeres
aquel primer domingo de pascua, y como una onda que pasa
transversalmente a través de los siglos, parece que aletean en el aire
estas palabras del ángel, para que el anuncio de la resurrección de
Jesús llegue a toda persona de buena voluntad y todos nos sintamos
protagonistas en construir un mundo mejor. Porque en medio de tantos
rincones del planeta envueltos en zumbidos de guerras y lágrimas, late
este mensaje de esperanza, que nos dice que es posible vencer en la
apuesta de la tolerancia y de la solidaridad, es posible tener
capacidad y coraje para un desarrollo respetuoso de cada ser humano.
Llucià Pou Sabaté

martes, 6 de abril de 2010

TRIDUO PASCUAL.


Entramos en los tres días de preparación a la Pascua, a la fiesta más
importante del año. El jueves se bendicen los sagrados óleos para el
bautismo, para la unción de los enfermos, y el crisma. Luego, por la
tarde, después de la misa «in cena Domini», habrá tiempo para la
adoración, como para responder a la invitación que Jesús dirigió a sus
discípulos en la dramática noche de su agonía: «Quedaos aquí y velad
conmigo» (Mateo 26,38).
El Viernes santo es un día de profunda emoción, en el que la Iglesia
nos hace volver a escuchar el relato de la pasión de Cristo. La
«adoración» de la cruz será el centro de la acción litúrgica que se
celebrará ese día, mientras la comunidad eclesial ora intensamente por
las necesidades de los creyentes y del mundo entero.
A continuación viene una fase de profundo silencio. Todo callará hasta
la noche del Sábado santo. En el centro de las tinieblas irrumpirán la
alegría y la luz con los sugestivos ritos de la Vigilia pascual y el
canto gozoso del «Aleluya». Será el encuentro, en la fe, con Cristo
resucitado, y la alegría pascual se prolongará a lo largo de los
cincuenta días que seguirán.
Recuerdo aquella canción de amor: "llegó con tres heridas: / la del
amor, / la de la muerte, / la de la vida. // Con tres heridas viene: /
la de la vida, / la del amor, / la de la muerte. // Con tres heridas
yo: / la de la vida, / la de la muerte, / la del amor". El Maestro ha
preparado estos días, en los que celebramos que "sus heridas nos han
curado" (Luis Manuel Suárez).

Llucià Pou Sabaté

domingo, 4 de abril de 2010

“The Butterfly Circus”, cuando el cine se convierte en una cosa preciosa que llega al corazón

El corto “The Butterfly Circus”, coprotagonizado por el actor mexicano Eduardo Verástegui, ha ganado el primer premio del concurso de cortos “The Doorpost Film Project". Este premio, de 100.000 dólares, reconoce la aportación del corto a la promoción de valores como la esperanza y la dignidad humana. El proyecto “The Doorpost” pretende descubrir a cineastas “visionarios” que busquen con sus obras la verdad y la promoción de una serie de valores universales. En esta ocasión, los valores eran la esperanza, el perdón, la humildad, la alegría, la libertad y la redención.




Es cine que de verdad vale la pena, llucià pou sabaté

El transcurrir de las generaciones: un vínculo entre la espiritualidad y el tiempo

  El transcurrir de las generaciones: un vínculo entre la espiritualidad y el tiempo Es innegable que en la España contemporánea, la adhesió...