En la vida todo es aprendizaje, y lo mejor está por llegar…
Mostrando entradas con la etiqueta tiempo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tiempo. Mostrar todas las entradas

jueves, 6 de junio de 2024

Explorar el espacio y el tiempo: una mirada a los diez años de "Interestelar" (2014)

 

Explorar el espacio y el tiempo: una mirada a los diez años de "Interestelar" (2014)



La película, dirigida por Christopher Nolan, combina de manera impresionante la ciencia real con la ficción especulativa
Llucià Pou Sabaté
Jueves, 6 de junio de 2024, 08:46 h (CET)

Hace ya 10 años que "Interestelar", película dirigida por Christopher Nolan y estrenada en 2014, nos dejó sorprendidos y confusos por la cantidad de elementos físicos que se mezclaban con ciencia ficción: explora conceptos avanzados sobre el espacio y el tiempo, basándose en teorías científicas reales y especulativas, y otras que no están demostradas. La película, que cuenta con la asesoría científica del físico teórico Kip Thorne, presenta una serie de teorías y conceptos que son fundamentales para su trama. Aquí hay un análisis de algunos de los aspectos más destacados:


Teoría de la relatividad general


La relatividad general de Albert Einstein es una de las teorías más importantes representadas en "Interestelar". Esta teoría describe la gravitación como una curvatura del espacio-tiempo causada por la masa. En la película, los efectos de la relatividad general se ven principalmente a través de la dilatación del tiempo gravitacional.


Dilatación del tiempo

   

La dilatación del tiempo es el fenómeno donde el tiempo transcurre más lentamente en un campo gravitacional fuerte en comparación con un campo gravitacional débil. En "Interestelar", este efecto se observa dramáticamente en el planeta Miller, que orbita cerca de un agujero negro masivo llamado Gargantua. Debido a la proximidad del planeta al agujero negro, el tiempo para los personajes en la superficie del planeta transcurre mucho más lentamente que para aquellos que están más lejos del campo gravitacional intenso. Una hora en el planeta Miller equivale a siete años en la Tierra.


Agujeros negros y Gargantua

   

El agujero negro Gargantua es uno de los elementos centrales de la película. Los agujeros negros son regiones del espacio donde la gravedad es tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar de ellos. Kip Thorne, Premio Nobel de Física en 2017, ayudó a diseñar Gargantua, asegurando que su representación fuera lo más científicamente precisa posible.


Horizonte de sucesos y espaguetización

   

El horizonte de sucesos de un agujero negro es el límite más allá del cual nada puede escapar. En la película, los personajes tienen que evitar cruzar este límite. La espaguetización es otro efecto relacionado con los agujeros negros, donde la gravedad diferencial (diferencia en la fuerza gravitacional a lo largo de un objeto) estira y comprime objetos en forma de espagueti. Aunque no se muestra explícitamente en la película, es un conocido efecto teórico en la física de agujeros negros.


Agujeros de gusano

   

En "Interestelar", un agujero de gusano es un elemento crucial de la trama. Un agujero de gusano es una estructura hipotética que conecta dos puntos distantes en el espacio-tiempo, creando un atajo que permitiría el viaje interestelar rápido. En la película, los personajes utilizan un agujero de gusano cerca de Saturno para viajar a otra galaxia en busca de planetas habitables.


Dimensiones superiores y la singularidad

   

Hacia el final de la película, el protagonista Cooper entra en un "tesseracto", una representación visual de una hipercubo en cuatro dimensiones, creada por seres de dimensiones superiores. Este tesseracto permite a Cooper comunicarse a través del tiempo con su hija en la Tierra. La idea de dimensiones superiores y la capacidad de influir en eventos pasados a través de un espacio de mayor dimensión son conceptos especulativos que, si bien no tienen una base empírica en la física actual, ofrecen una rica fuente de exploración en la ciencia ficción.

   

El astrofísico Neil deGrasse Tyson ha abordado ampliamente el final de la película, ofreciendo una perspectiva crítica sobre la solidez científica de estos conceptos. Tyson explica que la idea de las cinco dimensiones es clave para entender lo que le sucede a Cooper cuando entra en el agujero negro. En ese punto, Coop experimenta las tres dimensiones del espacio (anchura, altura y profundidad), la cuarta dimensión del tiempo y una misteriosa quinta dimensión. Según Tyson, esta quinta dimensión permite que el tiempo se convierta en una dimensión espacial, lo que facilita que Cooper interactúe (no es un viaje) a través del tiempo y se comunique con su hija Murph en el pasado[1].

   

Tyson también señala que muchas de las ideas presentadas en "Interestelar" son más ficción que ciencia, ya que actualmente es imposible saber lo que sucede dentro de un agujero negro. Sin embargo, el astrofísico elogia la película por su representación de la relatividad del tiempo de Einstein y recomienda el libro "The Science of Interstellar" de Kip Thorne para aquellos interesados en una comprensión más profunda de los conceptos científicos detrás de la película.

Teoría vs. práctica

   

Si bien "Interestelar" utiliza conceptos teóricos avanzados, es importante recordar que muchas de estas ideas son especulativas y no han sido probadas empíricamente. La película logra un equilibrio impresionante entre la ciencia real y la ficción especulativa, lo que permite a los espectadores reflexionar sobre las maravillas y misterios del universo.


Conclusión

   

"Interestelar" combina de manera impresionante la ciencia real con la ficción especulativa. Mientras que algunas ideas, como los agujeros de gusano y las dimensiones superiores, son hipotéticas y no han sido observadas, otras como la dilatación del tiempo y los agujeros negros se basan en teorías científicas bien establecidas. La película logra equilibrar la ciencia y el entretenimiento, llevando al público a reflexionar sobre las maravillas y misterios del universo[2].



[1]Neil deGrasse Tyson habla de ese posible “portal” aunque pone en duda que se pudiera cambiar el pasado. Pero elogia que "Interstellar recrea la experiencia de la relatividad del tiempo de Einstein como ninguna otra película la ha mostrado", y recomendaba el libro 'The Science of Interstellar', de Kip Thorne -el físico teórico en cuyas teorías se basó Nolan para armar la trama- para intentar entender mejor la película: https://www.20minutos.es/noticia/2301521/0/astrofisico-neil-degrasse/tyson-explica-final/pelicula-interestelar/



[2]Para obtener más información: New Scientist ha publicado estudios sobre experimentos con partículas cuánticas y cómo manipular el entrelazamiento cuántico. Este fenómeno permite que dos partículas estén conectadas instantáneamente, sin importar la distancia entre ellas.


¿Cómo pueden las partículas viajar al pasado? Aún no lo sabemos con certeza, pero los avances en la mecánica cuántica nos dan algunas pistas. Uno de los conceptos clave es el de las curvas cerradas de tipo tiempo (CTCs). Estas son rutas hipotéticas en el espacio-tiempo que permitirían a una partícula volver a un punto anterior en su propia línea temporal. La clave está en el entrelazamiento cuántico, donde las propiedades de dos o más partículas están intrínsecamente ligadas, incluso a grandes distancias.


Podemos comparar una partícula que retrocede en el tiempo con un hámster que corre en una rueda, repitiendo el mismo ciclo. Sin embargo, hay una diferencia importante: la partícula no vuelve al mismo punto, sino que retrocede en el tiempo. Si ajustamos la duración de su recorrido, parecería como si el cronómetro se reiniciara, volviendo a un momento anterior.


En teoría, podríamos crear un experimento donde una partícula entrelazada viaje a través de una CTC, permitiéndole regresar en el tiempo y luego interactuar con su otra partícula entrelazada. Esta interacción podría usarse para enviar información o incluso cambiar eventos pasados. Sin embargo, hay grandes desafíos:


- Manipulación precisa de partículas cuánticas:Necesitamos un control extremadamente preciso para garantizar que las partículas entrelazadas envíen y reciban la información correctamente.

- Creación de CTCs: Actualmente, las CTCs solo existen en teoría y no sabemos si es posible crearlas en la práctica.

- Paradojas temporales: Aunque la física cuántica sugiere que es posible enviar información al pasado, aún no sabemos cómo evitar las paradojas que esto podría generar.


Uno de los conceptos más interesantes es la retrocausalidad. Este término sugiere que, en ciertas circunstancias, los efectos podrían ocurrir antes que sus causas. Aunque aún es un tema controvertido, su potencial para conectar la mecánica cuántica con la relatividad general ha despertado mucho interés en la comunidad científica (https://www.cronista.com/mexico/actualidad-mx/los-viajes-en-el-tiempo-se-hacen-realidad-cientificos-confirman-que-los-bucles-temporales-permiten-ir-hacia-el-pasado/)

viernes, 3 de mayo de 2024

El transcurrir de las generaciones: un vínculo entre la espiritualidad y el tiempo

 


El transcurrir de las generaciones: un vínculo entre la espiritualidad y el tiempo

Es innegable que en la España contemporánea, la adhesión a las religiones organizadas ha ido disminuyendo gradualmente

Llucià Pou Sabaté
Viernes, 3 de mayo de 2024, 09:30 h (CET)

En el pasar de los años, las paredes de las iglesias han sido testigos silenciosos de un fenómeno que trasciende las fronteras del tiempo: el flujo constante de generaciones que acuden a los servicios religiosos en busca de consuelo, reflexión y conexión espiritual. En mi juventud, al observar los bancos ocupados principalmente por personas mayores durante las misas, me asaltaba la inquietud sobre el futuro de la fe y la asistencia religiosa cuando aquellos ancianos partieran. ¿Quiénes ocuparían sus lugares? ¿Perduraría la llama de la espiritualidad en las generaciones venideras?


Con el paso de los años, mi perspectiva ha evolucionado y he observado con atención cómo, si bien es cierto que la asistencia a los servicios religiosos ha experimentado un descenso, la presencia de personas mayores en las iglesias se mantiene constante. Junto a algunos jóvenes que buscan en la fe respuestas a sus inquietudes, siempre hay ancianos que, con paso pausado pero firme, continúan acudiendo a las misas semana tras semana.


Este fenómeno, lejos de ser un simple acto de rutina, encierra en sí mismo una profunda verdad sobre la naturaleza humana y la búsqueda de significado en la vida. A medida que las personas envejecen, es natural que su percepción de la existencia se vuelva más contemplativa y que busquen respuestas a preguntas fundamentales sobre el propósito y el destino final de sus vidas. Para muchos, la fe religiosa ofrece un refugio espiritual y un marco de referencia moral en el que apoyarse en tiempos de tribulación y alegría.


Sin embargo, es innegable que en la España contemporánea, la adhesión a las religiones organizadas ha ido disminuyendo gradualmente. Factores como el avance de la secularización, los cambios culturales y sociales y la emergencia de nuevas formas de búsqueda espiritual han contribuido a este fenómeno. Muchos jóvenes y adultos jóvenes se encuentran explorando diferentes prácticas espirituales y filosofías de vida, alejándose de las estructuras religiosas tradicionales en busca de una conexión más personal con lo divino.


No obstante, la espiritualidad misma no ha perdido su vitalidad ni su relevancia en la vida de las personas. Más allá de las instituciones religiosas, la búsqueda de significado, propósito y trascendencia continúa siendo una fuerza motriz en la experiencia humana. Los lugares de culto pueden cambiar, pero el impulso de explorar lo sagrado y lo eterno persiste en el corazón de cada individuo.


En este contexto, la presencia constante de personas mayores en los servicios religiosos nos recuerda la importancia de honrar y valorar la sabiduría acumulada a lo largo de los años. Son ellos quienes, con su compromiso y devoción, nos transmiten una herencia espiritual que trasciende generaciones y nos conecta con nuestras raíces más profundas.


En conclusión, aunque la adhesión a las religiones organizadas pueda disminuir con el tiempo, la espiritualidad misma sigue siendo una fuerza poderosa y significativa en la vida de las personas. En el constante flujo de generaciones que acuden a los lugares de culto, encontramos un recordatorio de la perenne búsqueda humana de lo trascendente y la eterna conexión entre el pasado, el presente y el futuro. Aparte, me consta que muchas personas, por la edad avanzada o por miedo a enfermedades desde la pandemia, ve la misa en la televisión (en la 2 ha ido bajando de medio millón de espectadores a 300.000, pero habría que sumar otros canales autonómicos y de otro tipo)

miércoles, 20 de enero de 2010

Calor de hogar

Calor de hogar
La persona necesita vivir en familia, tener un hogar, un nido al que volver cuando sale a la calle, donde haya calor y protección… Cuenta una historia de una pareja de cigüeñas que hizo un nido en lo alto de un campanario, les gustaba ir lejos a cazar ratones y culebras, sapos y pasear y volar sin parar. Tuvieron polluelos, y organizaron las cosas con trapos y hojas para que estuvieran a gusto, pero cuando volvían los notaban fríos, faltaba calor. Al final, tuvieron que optar por hacer un sacrificio: se arrancaron algunas plumas de las alas, y con eso hicieron un lugar acogedor en el que los polluelos estaban a gusto. Ya no podían ir tan lejos en sus vuelos, se sentían menos libres y condicionados porque con menos plumas no aguantaban tanto tiempo fuera. Pero sentían gratificación al volver y encontrarse en el nido sus polluelos contentos, habían creado calor de hogar. Así la familia condiciona muchas libertades que antes podían permitirse, pero el amor que nace es lo mejor, dar la vida, aunque haya una limitación de las actividades nada es mejor que esta esclavitud del amor, es la máxima realización personal. Calor de hogar, hecho a costa de tiempo y de renuncias, de recortar otras cosas que eran más urgentes, pero menos importantes. Lo primero es ese amor, que si no se encuentra donde se debería encontrar se busca, inevitablemente, en otro sitio. Y ahí empiezan los problemas: si un hijo no encuentra en su casa, lo que debería encontrar, lo buscarás en otro sitio, será gregario de un grupo en el que encontrará su identidad para salir del aislamiento. El calor de hogar, como todo calor, necesita algo que lo alimente, y ese algo es personal, regalar tiempo y afecto, y no comodidades. El calor de hogar se consigue cuando los padres se dan cuenta de que más que en dar cosas es darse a sí mismo, y que participen los hijos con encargos y responsabilidades aunque sólo sea bajando la basura por las noches (decía José Manuel Tarrio).
Calor de hogar, que hay que mantener con arte, para estar “a gusto”. Con todas las letras. “A gusto” se escribe con la A de alegría, G de generosidad, U de utilidad, S de satisfacción, T de tolerancia y O de orden. Así se mide la “temperatura” y el calor no se nos escapa por las rendijas de gritos y discusiones. En primer lugar, de este clima de entrega a los demás, surge el gozo, la alegría que salpica a los demás, que se expresa en la mirada, puerta del mundo interior. Es un jardín donde crece la planta de la generosidad, cuando el marido llega cansado no se refugia en el telediario sino que va a recibir las novedades de la mujer y cada uno de los hijos. Donde todos colaboran y se sienten útiles, y por esto satisfechos. Y hay tolerancia, porque se sabe que hay cosas importantes y otras que no lo son, y se saben distinguir unas de otras, y ceder en aquello que es opinable e intrascendente y allí nadie pretende tener siempre la última palabra en cualquier asunto. Y orden, también material aunque sin que sea una manía para ocultar el desorden interior. Esta es la vocación de nido, que no es hotel donde descansar, pero tampoco cárcel donde desarrollar un sentimiento posesivo y chantajes emotivos: es el lugar donde se está lo justo para nacer, para crecer, y para aprender a volar: para perderle miedo a la altura, y lanzarse finalmente al cielo. De ahí que la madre tenga vocación de nido. La mujer anida a los hijos, al marido, y a todos a cuantos ella prohíja con su amor, que no es ablandarlos con mimos y comodidades. El nido es esa rara forma de ternura que cría fortaleza, de suavidad que produce reciedumbre, de protección que incita al valor: ¡al valor de volar! Y saber que siempre se puede volver…
Llucià Pou Sabaté