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lunes, 13 de mayo de 2024

13 de mayo, los “secretos” proféticos de Fátima y la paz del mundo

   13 de mayo, los “secretos” proféticos de Fátima y la paz del mundo



   El 13 de mayo hace años del atentado que sufrió el Papa en la plaza de San Pedro cuando cayó víctima de la bala disparada por el terrorista turco Mehmet Alí Agca. Juna Pablo II en ese día de la fiesta de Fátima puso en manos de la Virgen la paz en Tierra Santa. Los musulmanes aprecian a María, y precisamente según la tradición islámica, Fátima fue la hija favorita del profeta Mahoma. Fátima bint Muhammad, también conocida como Fátima al-Zahra ("Fátima la Resplandeciente"), nació en La Meca alrededor del año 605 d.C. y fue la única hija de Mahoma que sobrevivió hasta la edad adulta. Es altamente venerada en el islam por su papel como esposa de Ali ibn Abi Talib, el primo y yerno de Mahoma, y como madre de Hasan y Husayn, quienes son considerados líderes espirituales por los chiitas. Se la considera un ejemplo de virtud, devoción y sacrificio en la tradición islámica, y su memoria es reverenciada por los musulmanes de todas las sectas.

   Juan Pablo II, ante el conflicto de próximo Oriente, decía entonces: «Todos, y en particular los responsables de la comunidad internacional, tienen el deber de ayudar a las partes en conflicto a romper esta cadena inmoral de provocaciones y de represalias. Hay que recordar, además, eso que tantas veces se ha repetido, que el lenguaje y la cultura de la paz tienen que prevalecer sobre la incitación al odio y a la exclusión». Y pidió a la Virgen de Fátima la paz en Tierra Santa, «para que sean purificados los corazones y propósitos de todos, para que cesen las masacres y para que las energías de unos y otros se empleen finalmente para la construcción efectiva y duradera de la paz». 

   Cuando el 13 de octubre de 1917 “la danza del sol” cerró el ciclo de apariciones de la Virgen de Fátima, quedó abierto un tiempo de guerras y de consagración al corazón de María de la paz en el mundo. Nos quedó el mensaje de rezar el Rosario para la conversión  de los pecadores. Fátima ha sido un icono para los acontecimientos del siglo XX: “anuncia en su mensaje muchos de los signos sucesivos e invita a vivir sus llamamientos: signos como las dos guerras mundiales, pero también grandes asambleas de naciones y pueblos marcadas para entablar el diálogo y buscar la paz; la opresión y las perturbaciones sociales sufridas por diversas naciones y pueblos, pero también la voz y las oportunidades dadas a poblaciones y a personas que mientras tanto se habían levantado en el panorama internacional”; anunció las crisis y deserciones, la solidaridad y junto a la secularización social una irrupción del Espíritu de verdad en los corazones y en las comunidades. Y esta lucha del bien para vencer el mal no ha terminado pues  tenemos el reto de superar el “choque de civilizaciones” (el islamismo sobre todo) con la alianza de civilizaciones, una fraternidad universal.

   El último "misterio" de Fátima, de un atentado contra el Papa, guardado en secreto, se hizo realidad cuando los gritos de la gente que llenaba la plaza de San Pedro del Vaticano anunciaban que la mano del turco Mehmet Ali Agca, que se levantó por encima de la cabeza de los fieles apretando una pistola en dos disparos, disparó contra el Papa, quien fue llevado a toda velocidad al hospital Gemelli de Roma, donde le tuvieron que extraer gran parte del intestino. Le protegió la Virgen de Fátima, y desde entonces esta fecha ha sido asociada al "secreto de Fátima", el tercer secreto no revelado hasta hace poco. Juan Pablo II dijo el 13 de mayo de 1994 que «...fue una mano materna quien guió la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se paró en el umbral de la muerte», y un 13 de mayo, en la beatificación de los dos pastorcillos ya fallecidos que fueron testigos de las apariciones de María en Portugal, se anunció la revelación de ese tercer secreto donde se hablaba de la figura blanca del obispo de Roma que cae ante los enemigos. Sor Lucía dijo que fue la Virgen quien salvó al Papa del atentado que estaba profetizado en aquel texto -ya público- que reza: «Un obispo vestido de blanco camina con dificultad hacia la Cruz, entre los cadáveres de hombres y mujeres martirizados. Son obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y numerosos laicos. Después, de repente, también él cae a tierra, como muerto, bajo los disparos de un arma de fuego». Yo pude estar en Fátima, y comprobar que es un centro de peregrinación que tiene un encanto especial. Basta ver los peregrinos que llenan la plaza en la noche del sábado, con las velas encendidas y el pausado rezar el Rosario atentamente, cada uno en su lengua, siguiendo en procesión a la Virgen. Alrededor del lugar de las apariciones reina la paz de la oración, y un río de gente va llegando en recogimiento, algunos hacen de rodillas los últimos tramos. Y vi, en la corona de la Virgen, en su interior, esa bala que atravesó a Juan Pablo II.

   Otra lección que podemos sacar es cómo Juan Pablo II perdonó a su asesino. Aquel 13 de mayo de 1981, fiesta de la Virgen de Fátima, con miles de personas en la plaza de San Pedro, una niña rubia con un globo azul levanta sus manitas al Papa, que la toma en sus brazos y la levanta en alto sonriente. "Nada hacía presentir -comenta el secretario del Papa, don Estanislao- lo que iba a suceder. Cuando el Santo Padre daba la segunda vuelta a la plaza, el turco Alí Agca disparó contra él... Yo estaba sentado como de costumbre detrás de¡ Santo Padre, y la bala, a pesar de su fuerza, cayó entre nosotros en el automóvil, a mis pies. La otra rozó el codo derecho, quemó la piel y fue a herir a otras personas...".

   "¿Qué pensé? Nadie creía que una cosa así fuera posible ...Vi que el Santo Padre había sido alcanzado. Entonces le pregunté:

   ¿Dónde está herido?" Me respondió: "En el vientre". Todavía le pregunté: "¿Es doloroso?". Y me respondió: "Sí"."

   "El Santo Padre no nos miraba. Con los ojos cerrados, sufría mucho y repetía breves plegarias exclamatorias. Si no recuerdo mal, eran sobre todo: "¡María, Madre mía! ¡María, Madre mía!."

   "Cuando llegamos al hospital todo era confusión. Una cosa era prepararse para recibir a un Papa, y otra verle llegar exangüe e inconsciente La operación duró cinco horas y veinte minutos, el pulso era casi imperceptible. Todos temíamos lo peor. Le administré el sacramento de la Unción, justo antes de la intervención. El Santo Padre estaba inconsciente."

   "La esperanza renació durante la operación gradualmente. Al principio parecía que la muerte era inevitable: el Santo Padre había perdido las tres cuartas partes de su sangre".

   "Es extraordinario que la bala no destruyese en su trayectoria ningún órgano esencial. Una bala de nueve milímetros es un proyectil de una brutalidad inaudita. Para no causar daños irreparables en una parte tan compleja del cuerpo, tuvo que seguir una trayectoria improbable. Pasó a unos milímetros de la aorta. Si la hubiera alcanzado, habría sido la muerte instantánea. No tocó la espina dorsal ni ningún punto vital. Digamos, entre nosotros, milagrosamente. "

   El Papa estuvo en serio peligro de muerte hasta el 15 de julio. Pero en cuanto pudo, Juan Pablo II se desplazó hasta la cárcel donde estaba prisionero Alí Agca, quien le disparó. Habló con él, a solas, durante mucho tiempo. Le perdonó. Le ayudó. Continúa hablándole a Dios con tus palabras (tomado de Juan Pablo II, Memoria e identidad).

    He querido subrayar estos tres puntos de actualidad sobre la fiesta de hoy: la alianza o fraternidad universal y concretamente con la paz en Oriente próximo; la protección maternal de la Virgen María sobre cada uno de nosotros; y el perdón que podemos vivir a semejanza de Jesús que en la cruz pide a Dios: "Perdónales, Padre". 

Llucià Pou i Sabaté 


viernes, 16 de febrero de 2024

El abandono total en Dios da paz

 El abandono total en Dios da paz

Y la esperanza de una vida eterna junto a Dios nos da seguridad y paz.


Por: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net



A muchos les parece que la religión es una atadura con Dios, que no deja vivir plenamente. Y es justo al revés, aunque el temor de la trampa de ese pensamiento puede paralizarnos por completo. El “dejarlo todo” es algo así como ver que vale la pena vender el campo para comprar ese diamante que hemos encontrado, invertir en algo mejor que es una vida en plenitud. Es cuestión de comprensión, de tener confianza, es abrir los ojos a ese tesoro que hemos encontrado. Cuando hay esa comprensión, podemos abandonarnos. Teresa de Lisieux lo resumía así: «¡Mi única ley es el abandono total!».

No es fácil el sentido de abandono total, pero en la medida que nos lanzamos, lo experimentamos. Podemos rezar lo que nos decía Jesús: «Pedidy recibiréis...» (Mt 7, 7). Poco a poco, va surgiendo un abandono en manos de Dios, como un niño que se confía en las manos de sus padres cuando le tiran hacia arriba, y no se le ocurre tener miedo de que le soltarán y caerá al suelo. El que se abandona, siempre cae en manos “blandas”, seguras, y todo ello es fruto del Espíritu Santo; y por si se nos ocurriera que hay padres que no se comportan con ese amor, añade Jesús: «Sí vosotros, siendo malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿ cuánto más el Padre del Cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo piden!» (Le 11, 13).

Mucho antes de que hubiera una revelación sobre la vida eterna, ya tiene la Biblia hermosas expresiones del abandono confiado en las manos de Dios; la que más me gusta es el salmo 23, que paso a comentar en cada estrofa con algún comentario mío:

“El Señor es mi pastor, nada me falta. Me hace recostar en verdes praderas Y me lleva a frescas aguas. Recrea mi alma, me guía por las rectas sendas por amor de su nombre”. Establece una conexión íntima y confiada con Dios. Dios es nuestro pastor, que nos cuida como a la niña de sus ojos. Nos da lo que necesitamos, aunque a veces no nos guste, para nuestro desarrollo, ahí podemos conseguir un lugar de descanso y renovación para aquellos que confían en Él. Nos da una renovación espiritual y orientación en la vida, para nuestro bien.

“Aunque haya de pasar por un valle tenebroso no temo mal alguno porque Tú estás conmigo. Tu clava y tu cayado son mis consuelos”. La confianza en el cuidado constante de Dios incluso en momentos difíciles nos da paz y consuelo, seguridad en medio de las adversidades. Las herramientas del pastor simbolizan ese cuidado amoroso y también la corrección para enfocarnos a lo que de verdad proporciona consuelo y protección.


“Tú dispones ante mí una mesa enfrente de mis enemigos. Derramas el óleo sobre mi cabeza, y mi cáliz rebosa”. Representa la protección divina y la abundancia incluso en presencia de adversarios. Dios es presentado como el anfitrión que provee en medio de las dificultades. Es precioso el símbolo de ungir con óleo, acto de consagración y bendición, como si fuéramos únicos para él, la abundancia de sus bendiciones nos colma, nuestra vida está llena (como dice el Evangelio, con una medida colmada, plena).
“Sólo bondad y benevolencia me acompañan todos los días de mi vida. Y moraré en la casa del Señor  por dilatados días”. Tenemos certeza de la presencia de la bondad divina y su gracia a lo largo de nuestra vida. Y la esperanza de una vida eterna junto a Dios nos da seguridad y paz.

A pesar de todo, a veces pensamos que nos faltan recursos, o relaciones humanas, o felicidad... que no tenemos lo que nos gustaría. Pienso que aunque tengamos ese abandono que decimos, podemos en la vida estar “contentos” pero no “satis-fechos”, que significa “ya hechos, ya cumplidas nuestras satisfacciones”, pero eso no se cumple completamente en esta vida, pues tenemos ansias de eternidad.

sábado, 10 de febrero de 2024

Dimensiones superiores que no vemos

 

Dimensiones superiores que no vemos

2024-02-05

Pero esa búsqueda ha de ser sin ansiedad, sin un deseo impaciente, pues -dice el Tao-...

Llucià Pou Sabaté

Una actitud de paz

Para comenzar a trabajar por la paz es importante comprender que suele ser en los momentos muy buenos (éxtasis) o muy malos (agonía) cuando se da esa motivación del cambio, necesaria para tener paz. Por ejemplo, cuando alguien ha sufrido ya mucho puede producirse una saturación, que produce la búsqueda del cambio.

Solamente podrá tener paz aquél que se dedica a trabajar sobre sí mismo y no sobre los demás. Para lograrlo es necesario establecer un sistema de educación para la paz que se inicie en la más tierna infancia. Esto requiere que los progenitores y todas las personas relacionadas con la educación asuman un verdadero comportamiento pacífico, sustentado en la comprensión profunda del Amor y así se irá descubriendo que es precisamente el Amor la ley principal que rige el Universo.

A veces se llega ahí después de una saturación, de un ver que los resultados siguen siendo inadecuados, y serán los mismos si seguimos haciendo las mismas cosas, si no cambiamos. Se trata de un pasar del agobio ante los conflictos mentales a una libertad donde el alma se deja llevar, se fía, sabe que aquello acabará bien… y si no está la cosa bien es que aún no ha acabado. Y por eso en el alma no se sufre ya, aunque la mente se resista y notemos en ella el zarpazo del sufrimiento, éste es así más liviano, en un proceso que va siendo más llevadero.

Es como pasar de un nivel de frecuencia vibratoria densa donde domina la oscuridad, a una luz, a un nivel de frecuencia vibratoria mucho más alto, una vibración llena de energía vital, fruto de esa amplitud de contexto. Ante la saturación de información de hoy día, buscamos esta otra información (digamos más espiritual) para el alma, trabajamos la interioridad, el desarrollo de la consciencia a niveles de comprensión superiores. Esto, naturalmente, nos dará una positividad que se transparenta en nuestro exterior: hoy día viene a aplicarse al mundo de la empresa como soft skills, habilidades blandas que son parte de la inteligencia emocional y social y que pueden cultivarse.

¿En qué consiste esa luz? En adquirir intuición de verdades que no se ven, en cierta forma que nos ponen en relación con trascendernos a través de nuestra interioridad, hacia dimensiones superiores que no vemos, superar la percepción mental que por definición es una interpretación limitada por nuestra consciencia mental, a una apertura a través de la intuición, hacia la infinidad del Amor.

Pues, más allá de la mente, la dualidad subjetivo-objetivo ya no existe, porque en ese nivel el conocedor resulta ser el conocido. Podemos incluso vernos como espectadores, y superar la limitación egoica. Esa realización se hace en el ser interno y esa experiencia multidimensional no puede estar contenida en ningún sistema de pensamiento. Cuando María Zambrano decía que la modernidad había perdido la verdad y el alma, se refería a eso: la mente ha tomado su lugar con el pienso, luego existo, dejando de lado otros aspectos más importantes. Y uno de ellos es esa verdad interior que nos transforma, pues –seguía diciendo la filósofa malagueña- en la filosofía moderna se busca una verdad que manifiesta pero no nos cambia, “una verdad que no sea transformativa no es verdad”.

Por eso, la paz se alcanza con un trabajo interior, para que desaparezca cualquier conflicto dentro de nosotros, es decir, cuando se trasciende el ego y, por tanto, desaparecen los deseos egoicos. Al desaparecer estos, solo perdura una intención positiva (propósito espiritual). Está claro que la persona puede estudiarse desde distintos puntos de vista (espiritual, racional-sentimental, emocional o físico) y todos esos puntos de vista son necesarios para lograr una vida equilibrada, una visión integral de la persona. Como somos multidimensionales, hay muchos aspectos que influyen en nosotros, y son influidos por los demás. Pero en la base de todos ellos está un punto de vista espiritual (no identificado con lo religioso, sino con lo profundo de la persona, lo que sería una visión humanista) y su influencia sobre los otros puntos de vista.

Pero esa búsqueda ha de ser sin ansiedad, sin un deseo impaciente, pues -dice el Tao- “el deseo perturba la mente y esta perturba al espíritu”. En la modernidad, junto a muchos conocimientos estupendos descubiertos por las disciplinas científicas, ha habido una disgregación de la persona que es algo negativo, una pérdida de la unidad que debemos recuperar, para intuir contextos mas amplios donde la realidad espiritual se integra mejor con los conocimientos racionales posibilitando la resolución de problemas aparentemente insolubles de los contextos anteriores.

Es necesario romper con ciertos paradigmas establecidos que nos dan creencias limitantes, y forjar cada uno su propio paradigma, un paradigma que le ayude a captar dimensiones más profundas de la realidad y a elevarse espiritual y éticamente hacia una consciencia más cabal e integradora.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

La búsqueda de una paz en Tierra Santa

 La búsqueda de una paz en Tierra Santa

En el Nuevo Testamento, Pablo dice que todos necesitamos una liberación interior, y sin ella hay guerra.


Por: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net



Es fundamental que se trabaje para que haya dos Estados bien marcados en Tierra santa: Israel y Palestina, y un "estatus especial" para la ciudad de Jerusalén (de control internacional), pues toda guerra es una derrota. Esto es lo que dicen muchos países como España, México, y la diplomacia vaticana que está muy bien informada, pues hay ahí muchos cristianos allí sobre todo árabes, y nadie puede decirle que es aliada de Israel como muchas potencias occidentales: desde el comienzo del Estado de Israel los cristianos de Tierra santa, que en muchos sitios eran mayoría, han pasado a ser cada vez una minoría cada vez más exigua. 

En las guerras, pierden, como decía Gandhi siguiendo la imagen del Evangelio: “ojo por ojo y todos acabaremos tuertos”. Hay mucho trabajo por hacer, porque Israel reconoce el derecho a existir de un estado palestino pero los países islamistas de la zona no reconocen el derecho a existir del estado de Israel (quieren eliminar al pueblo judío de ese territorio). Y en ese impase, Israel ha ido avanzando y toma más territorio incumpliendo en eso los tratados internacionales que ofrecían como solución lo apuntado más arriba: dos Estados y un estatuto internacional para Jerusalén.

La brutalidad del acto terrorista de Hamas sigue el modelo del grupo terrorista Isis en sus manuales y que quieren extender por Occidente, y además Hamas ha tomado el gobierno de toda Gaza que ya no es una democracia sino que se convierte en un estado de terror. Hamas no quiere el bien de los palestinos, sino que busca el caos para sus intereses, y le importa muy poco la muerte de la población, y eso lo hace con sus apoyos de Irán, Isis etc. Sólo trata de extender el terror con una multitud de cadáveres esparcidos, su arma es crear el miedo.×

Por eso, se ha dicho que “Hamas ha abierto las puertas del infierno para Gaza”. Pero la acción de Israel ha sido bombardear indiscriminadamente, cuando podía haber hecho una acción más inteligente, pues es curioso que sus servicios de inteligencia no hayan actuado cuando debían. Todo parece que quieren aprovechar haber sido víctimas de un acto horrible de los terroristas, para erradicar el grupo Hamas de un modo rápido sin contar con los efectos inhumanos que eso tiene. En esto, tanto Israel como Estados Unidos son impacientes en sus guerras, y no tienen la ética del respeto a la dignidad de todas las personas, y la sabiduría de saber esperar el momento oportuno para cada cosa. En cierto modo, en lugar de establecer un estilo de política ética, se hacen cómplices al usar las armas de los terroristas. Y en eso pierden la razón. Claro que pueden usar como defensa propia actos de guerra, pero con proporcionalidad.

Estos días he leído en una viñeta que un niño le pregunta a su padre: “¿por qué no se puede matar a los malos? Quedaríamos los buenos” y su padre le responde: “no, hijo: quedaríamos solo los asesinos”. Todos tenemos ego, que si nos domina en lugar de la racionalidad y el amor, nos convierte en enemigos de otros por motivos de todo tipo: político, religioso, deportivo… En el Nuevo Testamento, Pablo dice que todos necesitamos una liberación interior, y sin ella hay guerra. La confianza y la seguridad que da el saberse amado por Dios hace que no absoluticemos nacionalismos y modos de ver propios, necesitamos la liberación de nuestro ego para ver más a fondo las cosas, el punto de vista de los demás. En su parte animal, el hombre necesita “marcar su territorio” y defenderse de los que entran en él, como vemos por ejemplo en los leones. Así también nosotros defendemos no sólo una tierra, sino que queremos “marcar territorio” con nuestras ideas, atacando las de otros que piensan distinto. A eso hemos de llamarlo intolerancia, por faltar el respeto a las personas y su dignidad.

Por decirlo de algún modo concreto, desde que los romanos destruyeron Jerusalén y el Templo hacia el año 70 (lo mismo podríamos decir antes de las invasiones griegas, o de Babilonia) han quedado en la diáspora los judíos, sin tierra, y al surgir su sentimiento de nación sobre todo después del holocausto, han querido un territorio para defenderse. Esto es normal, tienen derecho a ello. Pero hay un modo más profundo de actuar que el de la guerra, y es con ese amor que conquistó al imperio romano de otro modo, no por las armas. Que conquistó la independencia de la India sin violencia.

Por eso José I. González Faus (teólogo) dice: “pido por favor a todos los judíos: lean a E. Lévinas. Sentirán vergüenza de lo que están haciendo hoy, o tendrán que llamar ‘antisemita’ a uno de los judíos más grandes de nuestros días. A los musulmanes les pido igualmente: lean a Rumi o a Ibn Arabí y sentirán lo mismo”. Sólo si elevamos nuestro nivel de consciencia podremos arreglar ese “pastel” que una vez se ha causado, no hay forma de “comérselo”. Es un escándalo satánico el que se produce en Tierra Santa, donde precisamente nació el Príncipe de la paz.

sábado, 4 de noviembre de 2023

El conflicto palestino solo puede arreglarse negociando la paz

 


Tendrán que ceder las dos partes para llegar a un pacto
Llucià Pou Sabaté
Sábado, 4 de noviembre de 2023, 11:26 h (CET)

Los judíos europeos han sufrido, han sido discriminados, encerrados en guetos y una persecución cuyo objetivo era el intento de su destrucción completa. Siguen ahora queriendo eliminarlos de su Estado, los gobiernos islamistas de su alrededor excepto Egipto. Pero la dominación israelí sobre Gaza y los palestinos durante más de medio siglo ha provocado resentimiento y odio.


Además, los conflictos armados por desgracia ya no son entre militares sino que las guerras son totales, con muchas víctimas entre la población civil. Desde la Primera Guerra Mundial en la que “sólo” murió el 5% de los civiles cada vez más los civiles van siendo mayoría de los muertos por los ataques: en Ucrania el 98% de las víctimas son civiles. Las guerras son cosa de locos endemoniados, dirigentes que sentados en sus sillones mandan a morir a su pueblo que no les importa nada. Se dice que en el siglo XX murieron 200 millones de personas en las guerras.


En el ámbito internacional, parece que ninguno de los países productores de petróleo está dispuesto a ir a la guerra del lado palestino, y que no tiene relevancia el conflicto en la economía mundial. El pueblo palestino parece que es usado como un títere por parte de Irán y grupos islamistas; Qatar, Turquía simpatizan con Hamás, Egipto no se sabe aunque oficialmente es el único que ha reconocido el Estado de Israel… Y dicen que Putin no ha perdonado al dirigente israelí que se pusiera del lado de Ucrania en el conflicto de la invasión.


Las reacciones en América son variadas: dejando aparte el apoyo de los Estados Unidos, principal protagonista en Israel, México ha protestado enérgicamente del atentado de Hamas y ha destacado que la actual ofensiva pueden ser crímenes de guerra. Bolivia ha roto relaciones diplomáticas con Israel; Chile y Colombia han llamado a consultas a sus embajadores en Israel.


La demencia sólo puede curarse con la sabiduría, expresado en la oración de Francisco de Asís con estas palabras: "Donde haya odio, que yo lleve amor; donde haya discordia, que yo lleve unidad; donde haya desesperación, que yo lleve esperanza; donde haya oscuridad, que yo lleve luz". Para que impere esa paz tiene que haber justicia, por parte de Israel. Ahora muestran el deseo de que en Gaza haya una tutela internacional. No sé cuál es la mejor actuación, pero cualquier cosa antes que continúen los palestinos sin la posibilidad de vivir en dignidad, acosados tanto por Hamas como por Israel. Los pobres están entre el enemigo de dentro y el de fuera.


El ataque a la población civil de Gaza es un genocidio, pero la ONU no actúa y deja hacer a Israel; tiene intereses ocultos como dejarse influenciar por Estados Unidos, pero no es una novedad pues tampoco hizo nada en el genocidio contra los tutsis, los musulmanes bosnios, los yazidíes y los rohinyás, denuncia Craig Mokhiber, un directivo de la ONU en Nueva York en su carta de dimisión: “estamos fracasando una vez más”. Y añade: “la actual matanza masiva del pueblo palestino, arraigada en una ideología etnonacionalista de asentamiento colonial, como continuación de décadas de persecución y purga sistemáticas”. Y añade algo que mucha gente no conoce: “En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas basándose exclusivamente en la raza, y los violentos pogromos de los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país, el apartheid gobierna”.


El deber fundamental de la ONU, de defender el derecho internacional, no se cumple. Estados Unidos, con el lobby israelí, apoyan una barbarie, que no servirá para la paz hasta que termine la tiranía israelí. La solución mejor es la de hacer dos Estados, pero sin apartheid en un proceso como el Sudáfrica hasta los años 90. Por lo pronto, conviene un acuerdo internacional entre las partes, para poner fin al asedio sobre Gaza, poner fin a  la limpieza étnica de Gaza, Jerusalén y Cisjordania, llevar ayuda humanitaria y la reconstrucción.


Lógicamente, en este diálogo difícil, tendrán que ceder las dos partes para llegar a un pacto: por parte palestina, el fin de Hamas y otras fuerzas terroristas; y por parte de Israel, el fin de esa injusta opresión contra Palestina. La parte más difícil será la negociación de las tierras de cada Estado, y para eso los organismos internacionales pueden jugar un papel clave, incluso de tutela pues el odio acumulado durante tanto tiempo puede hacer difícil la convivencia de judíos y palestinos en los dos Estados, sin esa tutela temporal.

La búsqueda de una paz en Tierra santa

 

La búsqueda de una paz en Tierra santa

2023-11-03

Por eso, se ha dicho que “Hamas ha abierto las puertas del infierno para Gaza”.

Llucià Pou Sabaté

"¡Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!"

Es fundamental que se trabaje para que haya dos Estados bien marcados en Tierra santa: Israel y Palestina, y un "estatus especial" para la ciudad de Jerusalén (de control internacional), pues toda guerra es una derrota. Esto es lo que dicen muchos países como España, México, y la diplomacia vaticana que está muy bien informada, pues hay ahí muchos cristianos allí sobre todo árabes, y nadie puede decirle que es aliada de Israel como muchas potencias occidentales: desde el comienzo del Estado de Israel los cristianos de Tierra santa, que en muchos sitios eran mayoría, han pasado a ser cada vez una minoría cada vez más exigua.

En las guerras, pierden, como decía Gandhi siguiendo la imagen del Evangelio: “ojo por ojo y todos acabaremos tuertos”. Hay mucho trabajo por hacer, porque Israel reconoce el derecho a existir de un estado palestino pero los países islamistas de la zona no reconocen el derecho a existir del estado de Israel (quieren eliminar al pueblo judío de ese territorio). Y en ese impase, Israel ha ido avanzando y toma más territorio incumpliendo en eso los tratados internacionales que ofrecían como solución lo apuntado más arriba: dos Estados y un estatuto internacional para Jerusalén.

La brutalidad del acto terrorista de Hamas sigue el modelo del grupo terrorista Isis en sus manuales y que quieren extender por Occidente, y además Hamas ha tomado el gobierno de toda Gaza que ya no es una democracia sino que se convierte en un estado de terror. Hamas no quiere el bien de los palestinos, sino que busca el caos para sus intereses, y le importa muy poco la muerte de la población, y eso lo hace con sus apoyos de Irán, Isis etc. Sólo trata de extender el terror con una multitud de cadáveres esparcidos, su arma es crear el miedo.

Por eso, se ha dicho que “Hamas ha abierto las puertas del infierno para Gaza”. Pero la acción de Israel ha sido bombardear indiscriminadamente, cuando podía haber hecho una acción más inteligente, pues es curioso que sus servicios de inteligencia no hayan actuado cuando debían. Todo parece que quieren aprovechar haber sido víctimas de un acto horrible de los terroristas, para erradicar el grupo Hamas de un modo rápido sin contar con los efectos inhumanos que eso tiene. En esto, tanto Israel como Estados Unidos son impacientes en sus guerras, y no tienen la ética del respeto a la dignidad de todas las personas, y la sabiduría de saber esperar el momento oportuno para cada cosa. En cierto modo, en lugar de establecer un estilo de política ética, se hacen cómplices al usar las armas de los terroristas. Y en eso pierden la razón. Claro que pueden usar como defensa propia actos de guerra, pero con proporcionalidad.

Estos días he leído en una viñeta que un niño le pregunta a su padre: “¿por qué no se puede matar a los malos? Quedaríamos los buenos” y su padre le responde: “no, hijo: quedaríamos solo los asesinos”. Todos tenemos ego, que si nos domina en lugar de la racionalidad y el amor, nos convierte en enemigos de otros por motivos de todo tipo: político, religioso, deportivo… En el Nuevo Testamento, Pablo dice que todos necesitamos una liberación interior, y sin ella hay guerra. La confianza y la seguridad que da el saberse amado por Dios hace que no absoluticemos nacionalismos y modos de ver propios, necesitamos la liberación de nuestro ego para ver más a fondo las cosas, el punto de vista de los demás. En su parte animal, el hombre necesita “marcar su territorio” y defenderse de los que entran en él, como vemos por ejemplo en los leones. Así también nosotros defendemos no sólo una tierra, sino que queremos “marcar territorio” con nuestras ideas, atacando las de otros que piensan distinto. A eso hemos de llamarlo intolerancia, por faltar el respeto a las personas y su dignidad.

La Destrucción de Jerusalén en el Año 70 DC.

Por decirlo de algún modo concreto, desde que los romanos destruyeron Jerusalén y el Templo hacia el año 70 (lo mismo podríamos decir antes de las invasiones griegas, o de Babilonia) han quedado en la diáspora los judíos, sin tierra, y al surgir su sentimiento de nación sobre todo después del holocausto, han querido un territorio para defenderse. Esto es normal, tienen derecho a ello. Pero hay un modo más profundo de actuar que el de la guerra, y es con ese amor que conquistó al imperio romano de otro modo, no por las armas. Que conquistó la independencia de la India sin violencia.

Por eso José I. González Faus (teólogo) dice: “pido por favor a todos los judíos: lean a E. Lévinas. Sentirán vergüenza de lo que están haciendo hoy, o tendrán que llamar ‘antisemita’ a uno de los judíos más grandes de nuestros días. A los musulmanes les pido igualmente: lean a Rumi o a Ibn Arabí y sentirán lo mismo”. Sólo si elevamos nuestro nivel de consciencia podremos arreglar ese “pastel” que una vez se ha causado, no hay forma de “comérselo”. Es un escándalo satánico el que se produce en Tierra Santa, donde precisamente nació el Príncipe de la paz.       


miércoles, 24 de noviembre de 2010

Hoy has abierto tu corazón...

Hoy has abierto tu corazón, y tu casa, a los que lo han necesitado. Y no has pedido nada a cambio. Dicho así, suena como algo extraordinario, y difícil de llevar a cabo, en este mundo individualista en que vivimos, en esta sociedad egoísta que busca satisfacciones instantáneas, como si de un servicio de messenger se tratara: quiero sentir amor hoy entre 11 y 12 de la noche, le doy al correspondiente botón, el de teleamor, y...voilà! Necesito ayuda para mudarme y...un momento, ese botón de teleamigos de alquiler, sí, estupendo, si no tienes a nadie, no te preocupes, no estás solo en el mundo (aunque en realidad sí que lo estás, si no tienes dinero para pagar...), en seguida te llegan a casa tres nuevos "amigos" dispuestos, por un módico precio, a ayudarte con los trastos de la mudanza...




¿Es que acaso te despiertas ahora de un mal sueño? No, el mundo, muchas veces, no ve más allá de sus propias narices...



Pero tú has roto el círculo: has dado tu tiempo, has dado tu fuerza física, has dado tu conocimiento y tu información, has dado tu compañía, has dado tu sonrisa, todo aquello que la mayoría nos guardamos tan celosamente, como si lo fuéramos a necesitar en momentos de vacas flacas, como si estuviéramos de por vida obsesionados con tener la despensa bien aprovisionada.



Y no nos damos cuenta de que, algún día, nos llegará el momento del último viaje, aquel que se hace sin equipaje, todos viajando en la misma clase, y sin billete de vuelta...



Tú no has calculado que hoy te quedabas sin nada, no has reservado nada para mañana, por si acaso... no has sido previsor como la hormiga, para muchos habrás sido un imprudente, por abrir tu corazón, por abrir tu casa.



¿Cómo es posible ir tan contracorriente? ¿Hay que estar hecho de una pasta especial? ¿Es necesario ser diferente, mejor, más santo? ¿No te das cuenta de que la gente te mira con recelo, de que asustas a algunos, de que podrías quedarte solo?



Tú conoces el secreto: el secreto está en Su Paz. La que nos anunció ya antes de irse, y que nos dejó como el mejor don. Sin esa paz en el corazón, es inútil esforzarse en ser feliz, o intentar hacer feliz a alguien. Esa paz que se contagia, que se escapa por los poros, que está hecha de un material cuya densidad la hace capaz de ser recortada en pequeños bombones, bombones que regalar luego en bonitas cajas decoradas con enormes y vistosos lazos de colores, con tarjeta y dedicatoria, acompañando cada latido de tu corazón, tu corazón lleno de paz.



Hoy has vivido el mejor regalo, Su Paz. No quieres que termine el día sin dejar constancia de lo que has sentido en tu tejido más íntimo. Y mucho menos podrías irte a dormir sin antes haber abierto todas esas cajas llenas de paz empaquetada y lista para regalar. Pasen y vean. Pero no sólo miren: pasen y sírvanse, por favor, compartan esa paz que tú has recibido en tu corazón, simplemente por vivir de fe, por creer creyéndote lo que crees, por imaginar, aun sólo por un momento, que lo que crees ya es realidad, una hermosa y “real” realidad, sí, que se superpone a los momentos bajos que todavía vendrán, que los viste de blanco, de blanca paz.



“La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da yo os la doy. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde…” (Jn 14, 27)

cristina moreno alconchel

sábado, 13 de febrero de 2010

La paciencia, ciencia de la paz


​La paciencia, ciencia de la paz
Hay momentos en la vida en que parece que a uno se le acaba la paciencia, ya no es capaz de seguir aguantando, y explota. Y con la gota que colma el vaso se acaban las fuerzas para seguir con un matrimonio, o cualquier otro compromiso, o los padres que pierden ya la confianza en sus hijos, y se proclaman expresiones como “esto es irreparable”, “se ha roto algo para siempre”, “ya nada será como antes”. Y viene la soledad, sensación de abandono, incertidumbre, desaliento: ante situaciones del mundo de la política, de la sociedad, del mundo laboral…, uno puede sentir derrumbarse algo por lo que ha luchado mucho tiempo, y se rompe todo en añicos en un momento. Es la fragilidad humana, la impaciencia que quiere seguir los criterios del mundo -muy distintos a las bienaventuranzas que promulga Jesús-: la eficiencia y el placer pasajero aún a costa de la mentira, el anhelo desmedido de éxito... Confiar en Dios en todas las circunstancias, incluso en la adversidad, cuesta, pero vale la pena... La paciencia es un árbol de raíz muy amarga pero de frutos muy dulces (Fénelon). Así, la paciencia es el fruto maduro de la fortaleza, la paz-ciencia, ciencia de la paz. Como para los militares donde los demás vean dificultades sabremos intuir oportunidades, incluso crecernos ante ellas.
Ante los defectos de una persona, no hay que perder la calma diciendo “¡ya está bien, no puedo más!” pues ¿qué vamos a hacer con esta persona, matarla? No, hay que quererla tal como es, superando aquel defecto como un escollo y sabiendo que cada persona tiene cualidades ocultas, que sólo con el tiempo aparecen. Cuentan de una osa que dio a luz un pequeño cachorro horriblemente feo. “¡Ganas me vienen de estrangularlo!”, dijo la osa a la corneja: -“¡Guárdate de hacerlo!” -contestó ésta. “Yo he visto a otras osas pasar por lo mismo: ve y lame dulcemente a tu hijo y le verás hermoso y te honrará”. Así lo hizo la osa y se esmeró cuidándolo; y el cachorro, poco a poco, fue volviéndose hermoso, por eso le agradeció el consejo a la corneja: “-Si no hubieses moderado mi impaciencia hubiera rechazado al hijo que ahora constituye el placer de mi vida”. A veces parece que alguien no da para más, “no está el horno para bollos”, y la paciencia da sensibilidad para ver más allá del presente, y afrontar las contrariedades conservando la calma y el equilibrio interior, logrando comprender mejor la naturaleza de las circunstancias, es la “ciencia de la paz”, que genera armonía a su alrededor.
Me contaron en el Alcázar de Segovia que a una aya se le cayó el infante real que cuidaba, un niño pequeño, por el balcón, a muchos metros por encima de los jardines. Ella, desesperada, se tiró por el precipicio y se mató. El infante había quedado colgado de unos salientes, y lo rescataron. La aya se había “precipitado” en los dos sentidos de la palabra (impaciente y tirarse al precipicio). En el cerebro el pensamiento no es nunca objetivo sino ligado a las emociones, siempre influenciado por sentimientos y pasiones. A veces nos fijamos en algo sin visión de conjunto, absolutizamos un aspecto. Se me ocurre un ejemplo: cuando nos vienen con una historia algún profesional de la mentira, y nos creemos aquello al sentir la empatía con los problemas que nos cuentan, pero en cuanto han acabado y quizá hemos dado dinero a ese “necesitado”, y se va, aparece la distancia ante el problema, de modo menos emotivo, más cerebral, y nos parece que hay algo que no cuadra… tenemos la sensación de haber sido engañados. Esperar, tener distancia ante los problemas, ayuda a pensar mejor.
"El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido por la impaciencia de los hombres", decía Benedicto XVI en la homilía del comienzo de Pontificado: ante un pueblo rebelde, "los discípulos, hubieran deseado inmediatamente mandar caer fuego del cielo para consumirlos. Jesús los detiene y reprende. La impaciencia de los hombres no suele comprender la paciencia de Dios”.
Llucià Pou Sabaté

Sobre la guerra de Gaza y otros textos

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